Contusiones y fracturas de toda laya y gravedad son el pan nuestro de cada día en los ‘partes de guerra’ de los porteros, siempre tratables desde la traumatología y la cirugía, aunque la grave lesión del holandés de Las Palmas Jasper Cillesen ha recordado que la posición del ‘1’ es de mucho riesgo y con casos de extrema gravedad e incluso mortales en la historia del fútbol español.
Los ha habido paradigmáticos de mala suerte como las cuatro fracturas de los cruzados de Sergio Asenjo; otros de retiradas súbitaspor patologías ajenas al fútbol como la de los arqueros Juan Francisco Molina o el argentino Germán ‘Mono’ Burgos, ambos por cáncer; aunque los más traumáticos han sido los del guardameta argentino del Salamanca Jorge D’Alessandro y el del Málaga José Antonio Gallardo.
Ambos sufrieron lesiones de origen análogo a la de Cillesen, un choque en la pelea por un balón, aunque con diferente final: trágico el del malagueño y de un ejercicio de voluntad férreo que le hizo volver a jugar siete temporadas más en el del argentino que comandaba desde la portería al Salamanca de José Luis García Traid, el de su compatriota Ricardo Rezza y el portugués de los guantes negros Joao Alves.
Jasper Cillesen, operado con éxito de una perforación del intestino delgado, abandonó el partido en el minuto 18 tras un encontronazo con el internacional español Borja Iglesias cuando el delantero del Celta intentaba rematar una jugada en el mismo escenario en el que hace casi cuarenta años se produjo un lance de consecuencias trágicas.
Fue un 21 de diciembre de 1986 en Balaídos cuando, en el mismo minuto que se produjo el choque Cillesen-Borja Iglesias, un balón dividido ocasionó el choque fortuito entre el delantero brasileño del Celta Baltazar Maria de Morais Júnior y el portero del Málaga José Antonio Gallardo, quien quedó inconsciente y fue trasladado al hospital de Vigo.
Con un diagnóstico de una triple fisura en el parietal izquierdo que no hizo en un principio presagiar el trágico final del guardameta, Gallardo volvió a Málaga, donde empezó pronto a sentir mareos y vómitos e ingresó en el ´Carlos Haya’, donde entró en coma con una fuerte hemorragia cerebral y falleció el 15 de enero de 1987 a los 26 años.
Casi una década antes, un 1 de enero de 1978, cayó gravemente lesionado en San Mamés Jorge D´Alessandro, quien en un lance con el delantero internacional del Athlétic de Bilbao Dani Ruiz Bazán sufrió la rotura de su riñón izquierdo, que le fue extirpado en lo que se supuso entonces que sería el final de su carrera.
El choque fue fortuito, el arquero argentino terminó el partido y sólo la presencia de sangre en la orina originó un primer aviso de lo que vendría en la madrugada, cuando ya de regreso de Bilbao el portero sufrió intensos dolores que hicieron que fuera ingresado y que derivaron en la extirpación de su riñón izquierdo.
D’Alesandro ha recordado en entrevistas periodísticas que la Mutualidad de futbolistas le ofreció medio millón de las antiguas pesetas -hoy tres mil euros- y que se retirara, pero él decidió seguir y lo hizo para reaparecer tres meses más tarde con un solo riñón, con el que jugó siete temporadas más en el Salamanca hasta su retirada en 1984.
Aunque el jugar con un solo riñón comportaba un riesgo cierto, pesó y mucho el precedente de casta del delantero centro del Real Madrid Carlos Santillana, a quien un choque con el españolista y exmadridista Pedro De Felipe descubrió que sólo tenía un riñón: el doctor Puigvert le dijo que se podía como se puede con una boca, un páncreas, un corazón, un hígado o una cabeza, y si te cae una maceta te mata.
EFE