Antonio Brown, receptor de los Bucaneros de Tampa Bay, se quitó las hombreras, las aventó enojado contra la banca y abandonó el campo de juego antes de que terminara el encuentro, una actitud nunca antes vista entre jugadores de la NFL.
A pesar de que se desconocen las causas que lo llevaron a reaccionar de esa manera, se sospecha que el detonante podría haber sido la decisión del entrenador en jefe de los ‘Bucs’, Bruce Arians, de relegarlo a la banca mientras su equipo perdía por dos ‘touchdowns’ contra los Jets de Nueva York el domingo.
En las imágenes del incidente que circulan en redes sociales se observa a su compañero de equipo, Mike Evans, intentar dialogar con él. Sin embargo, al parecer de poco sirvieron las palaras del también receptor, y Brown comenzó a quitarse los protectores para retirarse de la cancha.
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Durante su recorrido hacia los vestuarios, el exestrella de los Acereros de Pittsburgh regaló sus guantes y una camiseta a los aficionados, además de arengar a la tribuna, que lo despidió entre aplausos. “[Brown] ya no es un bucanero, fin de la historia. Hablemos de los jugadores que salieron y ganaron el partido”, afirmó Arians en conferencia de prensa tras concluir el encuentro.
De haber conseguido ocho recepciones más, una recepción de anotación y otras 55 yardas aéreas, Brown, que fue suspendido tres partidos esta temporada por falsificar un comprobante de vacunación contra el covid-19, hubiera recibido tres bonos salariales, uno por cada logro, por un total de un millón de dólares.