Volar drones, infiltrar “comandos” en bases rivales, disspifraces inesperados: la relación entre fútbol y espionaje es de vieja data, pero en los Juegos Olímpicos de París-2024 ha pasado una factura muy cara.

El último botón de esa cuestionada estrategia le costó el sábado una reducción de seis puntos a la selección canadiense femenina, además de una sanción de un año a su entrenadora, la británica Bev Priestman.

Todo por volar un dron en el entrenamiento de Nueva Zelanda, su primer rival en la defensa del oro olímpico y al que vencieron 2-1 el jueves en Saint-Étienne.

A continuación, una selección de casos de espionaje en el balompié dignos de James Bond… ¿o de Johnny English?

El tiro por la culata

Uno de los casos más antiguos de los que se tiene conocimiento ocurrió hace cien años, también en la capital de Francia, durante los Juegos de 1924.

La selección de fútbol de Yugoslavia envió observadores al entrenamiento de Uruguay, cuyo balompié, en un mundo de conexiones precarias, era un misterio antes del arranque de la primera fase en el estadio de Colombes.

Pero el técnico charrúa, Ernesto Figoli, se dio cuenta y dio órdenes inusitadas a sus jugadores: erren pases y remates, tropiécense con el balón…

Los ‘agentes’ yugoslavos mordieron el anzuelo y brindaron un informe que envalentonó a su delegación. Tremenda equivocación: fueron goleados 7-0 por una Celeste que después ganó el oro.

Fuego amigo

Carlos Bilardo quería asegurarse de que sus albicelestes se estaban comportando en una fiesta a la que les dio permiso de asistir en enero de 1986, durante una concentración en la ciudad argentina de Tilcara preparatoria para el Mundial de México.

El entrenador, reconocido por sus obsesiones y cábalas, autorizó que se quedaran hasta la una de la mañana. Pero dudó sobre el juicio de sus muchachos y tomó una decisión impensada: disfrazarse de mujer.

“Al llegar, todos los muchachos estaban bailando. Nadie me reconoció. Fui hasta el centro de la pista y me puse a bailar con ellos. En un momento, me acerqué despacito a (Oscar) Ruggeri. Se pegó un susto bárbaro. Le anuncié que se podían quedar hasta las 3, porque estaba todo muy lindo”, escribió el DT en su libro “Doctor y campeón”.

El férreo zaguero central aún recuerda con gracia la escena, una de las tantas anécdotas jocosas de esa Argentina de Diego Armando Maradona que luego ganó su segundo título mundial en el estadio Azteca.

“Artimaña” disuasoria

Pablo Aimar llegaba “volando” al superclásico argentino entre River Plate y Boca Juniors y el férreo volante colombiano Mauricio Serna temía no poder detenerlo.

En juegos previos, el volante ofensivo ‘millonario’ había protegido uno de sus lastimados tobillos con una venda.

El ‘Chicho’ sospechaba que el vendaje era un engaño y que la extremidad magullada realmente era la desprotegida, así que se propuso confirmar su teoría con el turbio propósito de asegurarse en cuál pierna lastimar a su adversario.

Acudió a un periodista cercano para que indagara. El reportero cumplió con la misión de averiguar la situación médica del ‘Payaso’, actualmente parte del cuerpo técnico de Lionel Scaloni en la Argentina campeona del mundo.

El cafetero reveló a su oponente sus intenciones en el campo.

“Le dije (señalando la pierna lastimada): ‘acá no te pego, te voy a pegar en la buena'”, dijo Serna en 2018, sin mencionar en qué año sucedió todo. “No digo que me enorgullezco de eso, pero uno siempre tenía sus artimañas para jugar y más cuando estaba en frente un jugador como Aimar”.

El ‘spygate’ de Bielsa

Siempre imprevisible, Marcelo Bielsa protagonizó a principio de 2019 el caso más sonado de espionaje en el fútbol en los últimos años.

Para la época intentaba ascender al histórico Leeds United a la Premier League, tras quince años de ausencia.

Previo al encuentro, el ‘Loco’ envió a un ‘espía’ a la sede de entrenamiento del Derby County, entonces dirigido por Frank Lampard, pero su hombre fue detenido.

El Derby y Lampard pidieron sanciones contra Bielsa, quien en una inusitada rueda de prensa, en la que mostró sus detallados análisis de sus rivales, admitió haber espiado a todos los equipos de la Championship (segunda división).

“Sea legal o no, justo o injusto, reconozco que Frank Lampard y el Derby County pueden considerar que no era lo correcto”, dijo en su momento el actual seleccionador de Uruguay.

El Leeds pidió disculpas y fue multado con 200.000 libras (257.000 dólares al cambio actual). La temporada siguiente volvió a la Premier League, con el argentino convertido en gran ídolo.

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