La polémica ha sido una constante en la carrera y en la vida personal de Gerard Piqué, exjugador del Barcelona, quien ahora funge como máximo accionista del FC Andorra y fue reportado en la cédula arbitral por insultar y amenazar a los colegiados que pitaron el partido entre su escuadra y el Mirandés en la Segunda División de España.

El FC Andorra se había ido al frente con un gol de Dani Villahermosa al 21’; sin embargo, tan sólo cinco minutos más tarde, se señaló un polémico penalti a favor del Mirandés, mismo que fue revisado en el VAR y después anotado por Carlos Fernández para el 1-1. El marcador ya no se movió y Piqué, junto a un par de directivos de su escuadra, bajaron a los vestidores a reclamar.

El colegiado Alonso de Ena Wolf reportó en la cédula: “Gerard Piqué se aproximó a escasos centímetros del asistente n°1, a voz en grito y en actitud intimidatoria, realizando observaciones sobre las decisiones arbitrales”, escribió.

Junto al otro par de directivos, se le achaca a Piqué repetir al cuerpo arbitral: “Hijos de puta, hijos de puta”, además de “Menuda vergüenza. No tienen vergüenza”, por lo que los tres debieron ser separados de los colegiados por la policía.

Piqué y cada uno de los directivos que lo acompañaban al momento de hacer las reclamaciones podrían hacerse acreedores a una multa que oscila los 35 mil dólares por “Insultar, ofender o dirigirse en términos o actitudes injuriosas al/a la árbitro/a principal, asistentes/as, cuarto/a árbitro/a, directivos/as o autoridades deportivas”, además de “coacciones y amenazas” de acuerdo al reglamento.

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