André-Pierre Gignac es uno de los futbolistas en el balompié mexicano que su espíritu competitivo lo hace querer ganarlo todo. El jugador de los Tigres es exigente consigo mismo y también con el resto de sus compañeros, no es casualidad que desde su llegada al conjunto regiomontano haya conseguido ser cuatro veces campeón de liga y campeón de la Concachampions. Sin mencionar sus tres campeonatos de goleo y que ahora se ha convertido en el máximo goleador y representante de la escuadra felina.
Sin embargo, no siempre le resulta fácil su estadía dentro del terreno de juego. Durante el encuentro que Tigres mantuvo frente al América el pasado sábado, resultó ser un viacrucis para el futbolista francés. El Volcán recibió al cuadro capitalino. Mientras el equipo azulcrema tomaba el dominio del balón, los universitarios intentaban conectar por los costados con el francés por la vía de los centros al área. Sin embargo, Gignac no podía con sus marcadores y en un par de acciones, fiel a su costumbre, reclamó airadamente jaloneos inexistentes dentro del área americanista.
El 10 felino intentaba conectar con el esférico y para ello tenía que salir de su propia zona de juego para poder entrar en contacto con sus compañeros, mismos con los que también intercambió algunos reclamos por no concluir las jugadas de la mejor manera. Al medio tiempo, América se fue con la ventaja mínima en el marcador y los Tigres seguían sin poder enchufar su ataque con su mejor jugador en el área rival.
Las rabietas y reclamos del futbolista francés llegaron al límite en la segunda mitad. En una jugada por el costado, Diego Lainez mandó un centro al área buscando un remate a la altura del segundo poste, donde Luis Quiñones no pudo rematar el esférico que venía elevado. Gignac claramente le reclamó al futbolista recién repatriado que debió de mandar su servicio al primer palo. No obstante, para sorpresa de todos, Lainez no se quedó con las ganas y le respondió a su compañero con gritos, además de señalar que la jugada tenía que ser como él la envió. La cuestión aquí es que pocas veces se puede ver a algún otro futbolista de Tigres que enfrente las decisiones del capitán. Hacía mucho tiempo que no había jugador dentro de la cancha que también respondiera fuerte a las decisiones del francés.