No hay más mexicanos compitiendo en Europa. Santiago Giménez terminó su participación en la Europa League y a partir de ahí, la bandera nacional no volverá a verse en lo que resta de la temporada en los torneos más importantes a nivel de clubes en el viejo continente, algo que se vuelve cada vez más frecuente.
Hasta hace algunos años se volvió una sorpresa ver a tantos mexicanos compitiendo en Champions League al mismo tiempo. En Portugal, con el Porto, estaban Héctor Herrera, Miguel Layún y Jesús Manuel Corona; Raúl Jiménez con Benfica. Jonathan Dos Santos con Villarreal. Héctor Moreno y Andrés Guardado con el PSV Eindhoven de los Países Bajos; Javier Hernández con el Bayer Leverkusen de Alemania. Nunca se había tenido tantos futbolistas nacionales compitiendo en el torneo de mayor jerarquía a nivel de clubes. Eso fue en la temporada 2016-2017.
A partir de entonces ha ido disminuyendo la cantidad de representantes en un certamen de tal envergadura. En la presente campaña, solamente fueron tres jugadores mexicanos que estuvieron presentes en Champions: Edson Álvarez y Jorge Sánchez con el Ajax e Hirving Lozano con el Napoli, y los tres compartieron el Grupo A de esta temporada. Álvarez y Sánchez se quedaron apenas en la fase de grupos con seis puntos, mientras que el Chucky logró avanzar hasta los cuartos de final.
De esos tres, el más sobresaliente fue Edson, con actuaciones discretas pero que cumplieron con lo establecido, sin salirse de lo ordinario. Jorge Sánchez, que inicia su recorrido en ese tipo de torneos, fue a quien más le costó mostrarse; a pesar de que en algunos partidos solo disputó pocos minutos, en otros fue titular y fue donde más evidenciado quedó por su falta de roce internacional. Por otra parte, Lozano, a pesar de llevar más tiempo jugando este torneo, careció de toda presencia y en los encuentros más importantes fue donde desapareció. Prueba de ello fue la fase de cuartos de final frente al Inter, un equipo a modo. Ahí, el Chucky disputó 159 de 180 posibles, pero no ocurrió nada trascendente y el Napoli quedó fuera.
En la Europa League, que está un par de peldaños debajo de la Champions League, hubo cuatro futbolistas mexicanos. Diego Lainez con el Braga, Érick Gutiérrez con el PSV, Santiago Giménez con el Feyenoord y Andrés Guardado con el Real Betis. Lainez fue el de menor participación en el certamen, jugó 103 minutos repartidos en tres partidos y su equipo no pasó de la fase de grupos. En el mercado invernal terminó partiendo a Tigres.
Gutiérrez participó en cinco encuentros y Guardado lo hizo en siete cotejos; ambos fueron eliminados en octavos de final. Santi fue el único que destacó como el tercer mejor goleador de la temporada con cinco tantos, pero tampoco pesó para definir la serie y darle el boleto a su equipo a las semifinales.
La poca eficacia del juego de los mexicanos y sus tristes actuaciones en los partidos importantes han llevado a que los equipos de mayor jerarquía a que dejen de buscarlos. Hoy queda lejos la idea de ver a un jugador nacional poder levantar este tipo de trofeos. La distancia puede ser entre lo que se ve ahora y lo que se llegó a ver con Rafael Márquez cuando campeonó en el lejano 2005 con Barcelona.
El último recuerdo que queda de un mexicano disputando la Orejona fue 2011, cuando Javier Hernández se mantuvo regular en el cuadro de Manchester United, que era dirigido por Sir Alex Ferguson, y fue titular en la final de Champions contra el Barcelona. A pesar de que los culés terminaron campeones, este es
Mientras que jugadores como César Montes, Guillermo Ochoa y Johan Vásquez pelean por no descender y están lejos de disputar encuentros internacionales con sus equipos, el resto de jugadores en el viejo continente no pueden siquiera mantener su propio nivel para ir a equipos más importantes.