El volante mexicano, Héctor Herrera, desistió del sueño europeo este verano para jugar con el Houston Dynamo de la MLS. Se pensaba que llegaría como figura, y aunque así fue su recibimiento no lo ha demostrado dentro de la cancha.

HH tomó una decisión controversial al cambiar el nivel de Europa por la liga de los billetes. Dynamo aprovechó la oportunidad e incorporó a sus filas a un jugador de impacto mediático y al mismo tiempo a un mediocampista con un nivel futbolístico vigente. No era como esos “cartuchos quemados” que suelen llegar a la competencia estadounidense.

Herrera suma 5 partidos de liga con el equipo texano y en todos ellos no ha podido despuntar. No acumula ni asistencias ni goles. Además, en cuanto a cifras defensivas no promedia ni una recuperación por juego. Según el portal Sofascore, su evaluación general tras los juegos que ha disputado es de 6.62, un número promedio tirando a lo bajo, algo que seguramente no es lo presupuestado para “la estrella” del Dynamo.

Con el característico número 16, el nacido en Rosarito, Baja California, debutó en el duelo de la jornada 19 cuando ingresó de cambio en el compromiso frente al FC Dallas. Saltó a la cancha del BBVA Compass Stadium y la gente no tardó en entregarse, su estrella había llegado.

Y es que la expectativa no era para menos, algunos analistas compararon su fichaje con el de Cuauhtémoc Blanco cuando este defendió los colores del Chicago Fire en 2007.

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Calen Carr, ex jugador de Chicago y de Houston Dynamo, y ahora comentarista habló de la importancia de la llegada de HH al Orange Crush.

“Ese fichaje (de Herrera) significa traer al Dynamo de vuelta al centro de atención y la perspectiva para la ciudad, sería enorme. Estaba suplicando que Chicago hiciera este fichaje porque vi cuando Cuauhtémoc Blanco llegó lo que una estrella de la selección mexicana puede hacer para el club”, dijo en el programa Extratime.

Pero Héctor Herrera no llegó solo para ser una imagen publicitaria o para beneficiar exclusivamente los objetivos comerciales, lo hizo para devolverle el protagonismo deportivo a Houston, quien desde 2007 no alcanza el trofeo liguero.

No ha sido así. El ritmo con el que justificó la decisión de cambiar Europa por la MLS parece no haberlo encontrado todavía. No obstante, él creyó que fue lo mejor para su carrera y vida personal.

“Si me hubiese quedado en el Atlético de Madrid, en dónde no jugaba, la gente me criticaría que por qué me quedo, si voy a llegar con poco ritmo al mundial. Aquí tengo la oportunidad de competir y llegar con mejor ritmo. Me vine a la MLS y me critican que por qué me voy a Estados Unidos. Al final hice lo que mejor era para mí y mi familia”, dijo el jugador mexicano en entrevista con ESPN.

Houston Dynamo no se perfila como un candidato al título. Ni siquiera los 6.5 millones de dólares anuales que le darán a Herrera garantizan que el conjunto anaranjado pueda levantar otro trofeo, al menos no en esta temporada.

Tal parece que aquella estrella del Atlético de Madrid y Porto se perdió en el camino. Si buscaba minutos para llegar con ritmo a la Copa del Mundo en Qatar, los tiene, pero no los ha aprovechado. Qué se puede esperar, en una competencia internacional, de alguien que no puede trascender en la MLS, un lugar en el que todos brillan.

HH es uno de los consentidos de Gerardo Martino y uno de los más atacados por la afición mexicana. Su nombre no se ausenta en las convocatorias, pero los reclamos a su juego tampoco.

El mediocampista se consolidó como la figura que el Tri “necesita”, y no porque sea un crack de talla mundial, sino porque el resto no ha alzado la mano. Sus exigencias como caudillo son mayores, pues ¿si él no es, entonces quién?

“Herrera es el mejor jugador de México”, esa fue la loza que Tata Martino colocó en los hombros de su futbolista, por ello es tan alarmante que no destaque en una competencia con un nivel inferior al que estaba acostumbrado.

Como van las cosas con la Selección Mexicana, Héctor Herrera se mantiene como el pilar del combinado azteca en Qatar. Bueno o malo es de lo mejor con lo que dispone el Tri. En él descansan muchas de las posibilidades de éxito que pueda tener México, así que si planea ser ese guía, primero deberá salir del hoyo en el que él mismo se metió.

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