La Selección Mexicana comenzó con el pie derecho en la Copa Oro. En su partido de presentación, el conjunto mexicano goleó por cuatro a cero a su similar de Honduras, un equipo que poco pudo exigirle a la escuadra tricolor que saltó al campo con sus mejores armas. Jaime Lozano, en un partido logró conectar con su público de manera casi inmediata, al igual que hizo con el con el grupo de jugadores cuando recién fue presentado. La confianza en el equipo mexicano se mostró desde el primer minuto del encuentro en un pletórico Estadio NRG de Houston.

Al parecer, la afición mexicana dejó atrás las noches amargas de los duelos en contra de Estados Unidos y de lo acontecido en Qatar. En el duelo más reciente del conjunto mexicano frente al equipo de las barras y las estrellas, México dejó ver todas sus carencias y el cuadro estadounidense le propinó un escandaloso marcador de 3-0. Como resultado de ese desastre, el público mexicano abandonó a su equipo en el siguiente duelo que fue en contra de Panamá, de acuerdo con el diario Marca, apenas y entraron poco menos de 15 mil aficionados en el Allegiant Stadium, que tiene capacidad para más de 65 mil espectadores.

En el duelo frente a la selección canalera, el equipo mexicano lució abandonado por una afición que nunca los había dejado solos. Incluso los propios jugadores destacaron que era una cuestión insólita. Pero la relación que parecía resquebrajada apenas duró unos días así, pues el duelo frente a Honduras curó todas las heridas recientes que los seleccionados habían provocado en su público. De acuerdo con Gibrán Araige, reportero de TUDN, hasta el sábado pasado se habían vendido más de 55 mil boletos.

Ya en el trámite del partido, el equipo mexicano ya con una cara nueva en el banquillo y más confianza, respondió a los aficionados que se dieron cita en el inmueble de Houston, pues apenas en el minuto 1 se fueron arriba en el marcador con un gol de Luis Romo. Los fanáticos nacionales volvieron a poner la fiesta y el colorido en las tribunas, armaron la clásica ola y mostraron su apoyo a los jugadores con cánticos y porras. Al final del encuentro, algunos futbolistas se acercaron a regalar sus camisetas al público.

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