Bianca Sierra y Stephany Mayor, jugadoras de Tigres Femenil de la Liga MX, anunciaron que van a ser madres de dos gemelos. A través de redes sociales, la pareja hizo el anuncio que fue recibido con muestras de cariño por parte muchas personalidades del medio futbolístico y de sus fans. Pero tampoco podían faltan los comentarios machistas en un entorno que, desde 2017, año de inauguración de la liga, ha debido lidiar con la violencia de género.

Apenas la noticia se difundió en los medios de comunicación, las reacciones de mofa comenzaron a ser preponderantes —sobre todo en páginas deportivas—. A muchas personas, que al parecer viven en el siglo pasado, no les cabía en la cabeza cómo era posible que dos mujeres estuvieran esperando no uno sino dos bebés. Como si vivieran en la era medieval, trataron de elucubrar mil teorías sobre cómo lo habían logrado.

Fundamentalmente hay que decir que el método usado no tendría por qué ser motivo de discusión pública. Sierra y Mayor merecen respeto en sus decisiones privadas. Sí, compartieron que serán madres, y esa es una excelente noticia que debería servir para celebrar la diversidad que hay en la Liga MX Femenil, en donde dos futbolistas de uno de los equipos más importantes se sienten con la seguridad de mostrar su relación y de celebrar su futura maternidad. Porque eso no pasa en el futbol varonil, donde prevalece los prejuicios y son contados los futbolistas en todo el mundo que deciden hablar de su homosexualidad por miedo a los insultos, discriminación y hasta agresiones que eso pueda generar.

Por eso es de aplaudir la forma en que Sierra y Mayor comparten su logro y ojalá haya muchos más casos así en el futuro. De nuevo: no están obligadas a aclararle a nadie la forma en que se consiguió el embarazo. Pero los incrédulos que aparentemente viven en otro siglo deberían saber algo de inseminación artificial o de fecundación in vitro. Métodos existen. No es arte de magia. Pero de cualquier modo no les es posible entender que dos mujeres puedan acceder a un embarazo. Y eso dio rienda suelta a los comentarios más deplorables que se puedan imaginar.

En una liga que no aprende las lecciones, en la que se llegó al nivel que de Scarlett Camberos tuviera que irse del país porque nadie podía ponerle un alto a su acosador, la lógica del fanatismo absurdo se sigue perpetuando. Dirán algunos que se vale hacer cuestionamientos de índole personal porque fueron ellas quienes compartieron su vida personal a través de redes sociales. Y no, hay que dejarlo claro cuantas veces sean necesarias: ellas compartieron una noticia personal, pero no le dieron licencia a nadie ni para juzgarlas ni para hacer teorías sobre cómo consiguieron el embarazo. Es información privada y así debe quedarse al menos de que ellas decidan contarlo públicamente.

Es que ni siquiera se necesita pensar mucho, basta con sentido común; pero a un entorno que se ha acostumbrado a despreciar la Liga MX Femenil y mostrar el peor rostro del machismo no le bastan los razonamientos lógicos. La pregunta es necesaria: ¿son tan ignorantes como para no saber que dos mujeres pueden ser madres a través de métodos científicos o aun sabiéndolo prefieren ignorarlo para dar rienda suelta a comentarios sexistas y machistas? Cualquiera de las dos opciones es igual de lamentable y pinta de cuerpo entero a una discriminación que permea en todos los rincones de la sociedad, y que en el futbol femenil ha encontrado un caso más para evidenciar la ignorancia y la mala intención llevadas al límite.

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