Sin la presión de un gran evento, sin el apremio del triunfo por cuestiones de ránking o las urgencias del éxito para cumplir con las expectativas y la reputación, se citan rodeados de alicientes Rafael Nadal, leyenda aún vigente y Carlos Alcaraz, abanderado del futuro pero ya presente, este domingo, en Las Vegas, en un cara a cara de exhibición.

Hace tiempo que ambos están al margen de las exigencias del circuito. El cartel promocional del evento que ha puesto en escena la empresa y plataforma de entretenimiento Netflix apunta a la “leyenda contra el prodigio”. Un duelo soñado, ansiado por cualquier aficionado al tenis, especialmente español, sin la certeza de que alguna vez pueda volver a ser una realidad.

El estadio Michelob Ultra Arena del Casino Mandalay Bay de las Vegas, con un aforo de doce mil espectadores, es el recinto elegido para el duelo entre dos inmensos jugadores distanciados por un par de generaciones que ha dado tiempo a reunir.

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No es la primera vez que ambos coinciden sobre una pista, aunque nunca antes fue en una exposición amistosa. El balear de 37 años, poseedor de veintidós Grand Slam ha ganado en dos de las tres veces que han echado un pulso sobre la pista. Fue en el Masters 1000 de Madrid, en el 2021, en plena irrupción del murciano, y en Indian Wells, en el 2022, con apuros, en tres sets. Después, meses más tarde, también en la Caja Mágica, en Madrid, Alcaraz tomó el relevo. Y ganó por primera, y hasta ahora única vez, al veterano de Manacor.

Llevan días uno y otro en California, donde la semana próxima los dos regresan a la competición, afrontan ese Masters 1000 en Indian Wells, una cita de las grandes del calendario. Un evento de prestigio, de los que siguen en relevancia a un Grand Slam. Cada uno a su manera, con sus certezas y su incertidumbre.

Será una nueva vuelta de Rafael Nadal que tomará contacto con una pista en Las Vegas y después entrará en acción competitiva en Indian Wells. Tras un año al margen de las pistas por su lesión en el psoas izquierdo que le llevó, además, a pasar por el quirófano, volvió a la cancha en enero, a principio de año, para jugar en Brisbane. Ganó dos partidos, al austríaco Dominic Thiem y al local Jason Kubler y perdió uno, ante el australiano Jordan Thompson. Pero salió dañado también, con una microrrotura muscular y desde ese día, no ha vuelto a jugar.

Apuntó la reaparición a Doha, y la aplazó. Ahora formará parte del cuadro de Indian Wells que ha ganado en tres ocasiones aunque su mirada está fija en la arcilla, en la temporada de tierra. En Roland Garros y en los Juegos Olímpicos de París. Y después, ya se verá.

Con noventa y dos títulos y treinta y ocho finales en su mochila, los últimos en el 2022, Nadal es una incógnita. Su estado físico, su presente, su futuro. Hará frente al compromiso con Alcaraz, segundo jugador del mundo, y que no juega desde que se retiró del torneo de Rio de Janeiro, en la primera ronda, en el choque contra Thiago Monteiro, con un esguince lateral de grado dos en el tobillo derecho que le ha dejado sin competir desde hace casi dos semanas. Doce títulos, entre ellos dos Grand Slam, el Abierto de Estados Unidos y en el 2023 Wimbledon, cuando también conquistó Indian Wells, y cuatro finales, resumen la meteórica y contundente irrupción en el mundo del tenis del murciano.

Cuartofinalista en el Abierto de Australia, eliminado por el alemán Alexander Zverev, semifinalista en Buenos Aires, batido por el chileno Nicolas Jarry, Alcaraz no pudo enfilar el tercer evento de su calendario, el de Río, que ganó el pasado año. La lesión en el tobillo puso en alerta a los organizadores del Slam Netflix. Pero no fue a más.

Ambos reaparecerán en Las Vegas. Veinticuatro majors coinciden sobre la cancha de un recinto que pronto agotó las entradas, que en reventa han batido registros impensables para un espectáculo poco habitual.

El público español contará con los comentarios de David Ferrer, capitán del equipo español de Copa Davis, y Feliciano López en la retransmisión. Históricos de la raqueta como Andre Agassi, Jim Courier, Andy Roddick, Patrick McEnroe o Mari Joe Fernandez tendrán también su particular participación en la emisión televisiva.

En escena, de vuelta, Rafael Nadal y Carlos Alcaraz como parte de una exhibición de tenis sin precedentes. Cuando el marcador no cuenta y los números son intrascendentes. En juego, la leyenda, la historia. El estado de forma. Por si la competición y el devenir no encajan otros pulsos entre ambos.

EFE

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