Una balacera se suscitó en el estacionamiento del estadio Cuauhtémoc de Puebla que dejó como saldo a una mujer muerta y a un hombre herido por impacto de bala; sin embargo, el partido entre La Franja y el San Luis no se suspendió y eso acarreó severas críticas para la Liga MX y la institución camotera.
A través de las redes sociales, los usuarios mostraron su descontento luego de que la decisión de las autoridades del balompié fuera continuar con la programación del cotejo a pesar de que la balacera se había llevado unos minutos antes entre grupos de franeleros que se disputan el manejo del lugar.
“¿Y del muertito que hubo afuera del estadio no van a decir nada?”, “Este juego debió suspenderse, pero primero el negocio, ¿verdad? Ojalá la FIFA nos quite la sede del mundial”, “Afuera hay violencia, pero les vale”, fueron parte de las reacciones en ‘X’.
“Debieron haber suspendido el partido. Muy mal el Puebla”, “Ahora no sólo es que pierda como siempre, también que regreses con vida”, “En ese Club todo está mal. Ya hasta grupos se disputan el estacionamiento a balazos. Urge que vendan esa franquicia a alguien que sí le interese el equipo”, “No se tiene que jugar el partido. Hubo hasta muertos, no puedes jugar así Club Puebla”, añadieron los usuarios.
PIDEN LA SALIDA DE GUEDE
El Puebla no levanta en el Apertura 2025, sumó su cuarta derrota en apenas cinco juegos luego de caer 0-2 ante el San Luis en casa con goles del brasileño naturalizado italiano Joao Pedro al 45+5’ y al 70’, por lo que la afición de La Franja exige el despido del estratega Pablo Guede.
El timonel argentino hizo un gran berrinche cuando su portero, Jesús ‘La Araña’ Rodríguez cometió la falta de penalti para el primer gol de los potosinos, entonces, decidió cambiar de guardameta para la segunda mitad e hizo ingresar a Julio González.
A pesar de la gran actuación del excancerbero de los Pumas tras realizar atajadas providenciales, no pudo evitar el doblete del brasileño, por lo que el grito en el Cuauhtémoc fue “fuera Guede” en los minutos finales y se intensificó tras el silbatazo final.
