El Club de Fútbol Queretaro le pidió este miércoles tolerancia a su hinchada en la previa a su visita de este jueves al Atlas, en el que será el reencuentro de ambos equipos después de los hechos violentos que se presentaron en el estadio de La Corregidora.
A través de un mensaje escrito en lo alto de La Corregidora de Querétaro, donde el pasado 5 de marzo se vivió una batalla campal entre aficionados que se inició en las tribunas, terminó en el terreno de juego y dejó 26 heridos, los Gallos Blancos enviaron un mensaje de paz para no repetir la violencia que fue noticia en todo el mundo.
Escrito en gigantes letras blancas sobre la corona azul que rodea el escenario, el equipo marcó su postura de cara a un nuevo partido ante Atlas en la casa del bicampeón, el Estadio Jalisco, en el encuentro que abrirá la séptima jornada del torneo Apertura 2022 del fútbol mexicano.
Este duelo reaviva heridas no sanadas y las amenazas para los emplumados no se han hecho esperar, pues a través de redes sociales circulan mensajes y videos de supuestos aficionados de los rojinegros que advierten “Gallos te vamos a matar”.
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Pese a que inicialmente, tras los hechos ocurridos el pasado 5 de marzo, la Liga mexicana determinó que la barra de los Gallos no podría ingresar a los estadios visitantes por un año, a menos de seis meses de la tragedia un contingente de hinchas del Querétaro viajará a Guadalajara para asistir al duelo.
La tensión es grande con este encuentro entre dos equipos que no se han retado tras lo ocurrido el 5 de marzo y los directivos han diseñado un dispositivo de seguridad para evitar otra tragedia.
El operativo está contemplado para iniciar desde la mañana y hasta el término del partido por la noche, con una estrategia que incluye cámaras de vigilancia conectadas con la policía estatal, municipal y federal.
El estadio contará con 400 efectivos de seguridad más 150 en las inmediaciones del inmueble, además la barra de Gallos Blancos estará custodiada desde su ingreso a territorio jalisciense y los equipos contarán con policías en sus hoteles de concentración.
