Saúl Álvarez fue campeón del mundo a lo largo de siete años. Durante 2,556 días ostentó al menos un cinturón de monarca hasta el sábado pasado cuando perdió de forma inesperada ante Terence Crawford.
En una noche mexicana en Las Vegas que pintaba para ser una fiesta redonda, todo empezó con mal augurio desde que a ‘alguien’ se le ocurrió eliminar la ceremonia de los himnos nacionales del protocolo previo al combate estelar.
En el ring, el ‘Canelo’ no fue el ‘Canelo’. No lo era desde hace algunos años –no noquea desde el 2021–, pero esta vez ante un oponente que tuvo que subir más de seis kilos –dos divisiones–, que es más veterano y que pintaba como víctima, quedó exhibido de pies a cabeza.
Escasa movilidad, pocos golpes y bajo porcentaje de acierto, vulnerable en defensa y sin reacción, así lució el tapatío. Impotente, carente de recursos, pesado, lento y rebasado por un Crawford que lo dominó con base en su astucia y velocidad.
Al final de los 12 episodios Saúl se atrevió a levantar los brazos pese a estar plenamente consciente de que había perdido. De hecho, nunca accedió a darle el puño al réferi porque sabía que no era necesario.
Con una nueva suma millonaria en el bolsillo y toda la experiencia a cuestas a sus 35 años, ‘Canelo’ tomó con tranquilidad la tercera derrota de su carrera, reconoció a su rival, se refirió a su legado en el boxeo, a que ya es un ganador gracias a la familia que formó, y hasta se aventó un “¡viva México, cabrones!”, que dividió opiniones.
Fue el inicio del fin de una trayectoria que arrancó con gran apoyo publicitario para ‘inflar’ e intentar forjar a un ídolo del boxeo de forma infructuosa. Álvarez será recordado como un gran campeón, pero quedó lejos de convertirse en un personaje querido y aclamado por la afición.
Vivió cuestionado permanentemente por seleccionar a sus rivales, por las múltiples condiciones que suele poner para enfrentarlos, por rechazar combates ante pugilistas que podían amenazarlo y por convencer poco o nada en las grandes batallas.
El retiro no está cercano debido a que al menos tiene firmadas dos peleas más para 2026 con el jeque árabe Turki Alalshikh; sin embargo, el declive ya es evidente y se confirmó el pasado 13 de septiembre.
‘Canelo’ es y ha sido un orgullo para el deporte nacional, pero nunca el ídolo que intentó fabricar la televisión, ni mucho menos un campeón a la par de Julio César Chávez, por citar al más grande de todos.








