El delantero brasileño del Real Madrid Vinicius Jr ha ratificado este jueves ante el juez que sufrió insultos racistas en el encuentro que disputó en Mestalla el pasado 21 de mayo y se ha negado a aceptar unas posibles disculpas públicas por parte de los jóvenes procesados por este tema.

Vinicius ha declarado ante el Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia, que investiga estos hechos, por videoconferencia desde un juzgado de Madrid y durante unos 40 minutos.

Según han explicado a EFE varias fuentes conocedoras de su declaración, el jugador ha ratificado que se siente víctima de insultos racistas y su intención de reclamar judicialmente por ello, ya que está convencido de que los insultos y las alusiones a su persona se produjeron exclusivamente por motivos raciales y por el hecho de que destaca como futbolista.

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Ha insistido -siempre según fuentes conocedoras de su declaración- en que los insultos fueron generalizados por parte de aficionados de todo el estadio.

Preguntado por los abogados defensores por los gestos de “a Segunda” que hizo durante el encuentro ante el Valencia C.F., fuentes del caso han explicado a EFE que el futbolista del Real Madrid los ha admitido y los ha enmarcado en su carácter como un futbolista que puede llegar a sentir una motivación extra en un ambiente hostil o crispado.

Estos mismos letrados han tratado de preguntar al jugador por unos gestos similares en el último encuentro de Liga ante el Girona, que fueron recogidos por las cámaras de televisión y en los que se dirigía a la afición rival, sin embargo la jueza no ha considerado pertinentes estas cuestiones y el jugador no las ha respondido.

En opinión del letrado Manuel Izquierdo, que defiende a uno de los tres jóvenes de entre 18 y 21 años que han sido acusados de un delito de odio, “Vinicius ha tenido una actitud un pelín prepotente. Nuestra impresión es que ha reconocido que la provocación es inherente al fútbol, ha reconocido que él se siente mejor jugador cuando la gente le pita y ha reconocido de una manera bastante implícita que ese día él provocó a la grada de Mestalla”.

“Nuestra impresión es que la Liga pretende universalizar un problema muy serio como es el racismo en el campo de Mestalla”, ha agregado el abogado, que cree que el Valencia, como club, debería defender a sus aficionados de las acusaciones vertidas este jueves por Vinicius.

Además del seguidor al que señaló Vinicius, la Policía identificó a otros dos mediante las grabaciones de las cámaras que puso a su disposición el Valencia CF, que anunció que prohibirá la entrada a Mestalla de por vida a estos tres seguidores.

Estos tres aficionados -de entre 18 y 23 años- ya declararon ante la jueza y están investigados en una causa abierta por un supuesto delito de odio, aunque todos ellos negaron que existiese una motivación racista en su comportamiento.

LaLiga, en su condición de acusación particular en esta causa, ha aportado al juzgado un informe pericial de la lectura de los labios de los aficionados procesados con la intención de contradecir lo declarado por éstos, que admitieron los gestos pero negaron cualquier motivación racista en su comportamiento.

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