Las políticas de emergencia que impulsaron desde el choque de la pandemia las autoridades financieras de países de ingreso medio y alto aliviaron de manera temporal la situación de los hogares y empresas, explicaron expertos del Banco Mundial.

Pero advirtieron que ante la “inmediata respuesta” que otorgaron, la estrategia no abordó la capacidad futura de pago y ha tenido ya consecuencias no deseadas, particularmente entre las economías emergentes de ingreso medio.

Las citadas estrategias son las moratorias para el pago de deuda y la congelación de los informes crediticios, resaltaron al interior del “Informe sobre el Desarrollo Mundial 2022: Finanzas al servicio de una recuperación equitativa”.

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“Si bien desempeñaron un papel importante en la mitigación de problemas de liquidez a corto plazo, no necesariamente abordaron la capacidad futura de pago y tuvieron la consecuencia, no deseada, de ocultar pérdidas crediticias creando así un nuevo problema”, consignaron.

En el documento reconocieron que estas herramientas no se habían probado en economías emergentes a gran escala y dejaron expuestas a las instituciones financieras a clientes cuyo riesgo de crédito se vio gravemente afectado por el cierre de las actividades económicas.

“Muchos hogares y empresas seguirán enfrentándose a problemas de fluidez de ingresos que resultarán en impagos de préstamos incluso al levantarse la moratoria”, refirieron.

En el documento, lanzado desde las oficinas centrales del BM, en Washington, D.C. reconocieron que se crearon problemas de falta de transparencia sobre el riesgo de crédito y la verdadera salud del sector financiero.

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