En la actualidad, la comunidad reconoce la Inteligencia Artificial como uno de los mayores logros tecnológicos de las últimas cinco décadas.
No obstante, aún persiste la incertidumbre sobre su verdadero impacto en la economía y en la administración empresarial.
Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, expresa dudas sobre si el mundo ha captado plenamente la magnitud de la tecnología que impulsa modelos de Inteligencia Artificial como ChatGPT.
Alerta por el impacto de la Inteligencia Artificial
En una entrevista reciente con Brookings Institution, Sam Altman, líder de OpenAI, enfatizó la urgencia de considerar el impacto económico de la Inteligencia Artificial (IA) y expresó su preocupación por la falta de seriedad con la que se aborda este tema.
Destacó la velocidad y la magnitud de los cambios socioeconómicos derivados de la IA como motivos de alarma, señalando que los debates sobre sus implicaciones laborales y económicas han perdido fuerza desde el año anterior.
Según Altman, tras el lanzamiento de ChatGPT 4.0, el interés en discutir las repercusiones de esta tecnología, como la posible destrucción de empleo, disminuyó notablemente.
La Inteligencia Artificial podría afectar hasta el 60% de los empleos en economías avanzadas
Esta tendencia plantea un riesgo significativo para el futuro, ya que podría llevar a la subestimación de un problema de gran magnitud.
Altman advierte que ignorar el impacto de la IA en la economía y el empleo podría desencadenar consecuencias negativas a largo plazo.
El CEO de OpenAI solicita a la sociedad abordar este desafío de manera seria y proactiva, instando a la ciudadanía a considerar el amplio espectro de implicaciones que la IA plantea para el mercado laboral y la estabilidad económica.
El futuro del trabajo con la Inteligencia Artificial
Según un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Inteligencia Artificial (IA) podría afectar hasta el 60% de los empleos en economías avanzadas, dejando un 50% de ellos susceptibles de automatización.
Esto podría resultar en menos contrataciones para trabajos menos especializados y salarios más bajos.
El informe de McKinsey, “Generative AI and the future of work in America”, estima que alrededor de 12 millones de trabajadores estadounidenses podrían necesitar cambiar de empleo para 2030 debido a la implementación de la IA generativa.
Sam Altman enfatizó la urgencia de considerar el impacto económico de la Inteligencia Artificial
en puestos susceptibles de automatización, como evidencia la llegada de chatbots basados en IA.
Sin embargo, la IA también puede generar eficiencia y nuevas oportunidades profesionales para quienes la dominen, aumentando la productividad y abriendo nuevos horizontes laborales.
El informe del Banco Central Europeo sugiere efectos neutros o ligeramente negativos sobre los ingresos de los trabajadores.
Históricamente, la innovación ha generado ansiedad sobre el futuro del empleo. Se espera que la IA tenga un triple efecto en la política laboral: desplazamiento, incremento de la productividad y recolocación.
Estimaciones más pesimistas sugieren que la IA podría destruir dos millones de empleos en España, aunque se espera que surjan 1.6 millones de nuevos puestos, con un saldo negativo de 400.000 empleos.
Valentín Bote, director de Randstad Research, destaca que la IA podría impulsar una , afectando aproximadamente el 18% del trabajo a nivel global y aumentando el PIB mundial en un 7% debido al aumento de la productividad laboral.