Comprar tu primera casa o departamento no es un sueño inalcanzable. Si estás agobiado por las deudas, quizá necesitas hacer un análisis concienzudo de tu situación y hacer algunos ajustes, pero de que puedes, puedes. Estos son 10 puntos que debes considerar para adquirir primero el hábito del ahorro, el cual debe poseer todo comprador de vivienda.
Establece y persigue tu meta: los sueños llegan durmiendo, pero se hacen realidad llevando a cabo acciones concretas. Establece que serás dueño de un departamento propio, pero pon una fecha específica para reunir el enganche.
Respeta tus prioridades: ya que tienes tu meta, ponla como prioridad apenas recibas tus ingresos, no dejes el dinero que te sobra para empezar a ahorrar. Si lo piensas, ¿cuándo suele sobrarnos?
Haz un presupuesto: antes de pensar en ahorrar, haz un presupuesto para saber con exactitud cuánto ganas al mes, cuánto gastas y dónde podrías hacer recortes para iniciar tu colchoncito de ahorro.
Ojo con los gastos hormiga: esas pequeñas fugas incluyen los famosos cafés, refrescos y cigarros del día, de la semana, del mes, ¡del año! Pero también el gimnasio al que no asistes. No estaría nada mal que ese acumulado regrese a tu cartera en el futuro.
Sé realista: apretarse el cinturón para lograr metas es bueno, pero solo si no terminas ahorcándote. El tiempo de esparcimiento es vital, así que lo recomendable es planearlo de manera individual, en pareja o como familia para no dejarlo, pero sí restringirlo en lo posible.
Ponte límites: una de las formas más efectivas de ahorrar es autolimitarte, o sea saber que no te puedes pasar de cierta cantidad de tus ingresos para guardar el resto. Tu meta es el mejor motivo, es como cuando ahorrabas tus domingos para comprarte eso que tanto querías.
Automatiza: si tu fuerza de voluntad flaquea, prueba automatizando tu ahorro. Ojos que no ven, corazón que no siente. Tu banco y una amplia variedad de apps te permiten hacer retiros que se van directo a tu ahorro, de modo que ese dinero se mantiene a salvo de toda tentación.
Busca otras fuentes de ingreso: en caso de que te sea imposible recortar gastos, usa tu talento para ganar dinero por otro lado.
No compres lo que no puedes: una cosa es desear una casa grande con dos garajes y otra es poder pagarla. Definitivamente tu primera casa debe tener todo lo necesario para cubrir tus necesidades, pero no por vivir en una propiedad así, comprometas tu tranquilidad.
Haz un ejercicio de simulación: ponte como objetivo ahorrar 30% de tus ingresos y no los toques por seis meses. De esa forma conocerás si tienes la capacidad de ahorro que se requiere para reunir el enganche de una casa (que idealmente es del 20% de su valor) y la mensualidad para pagar una hipoteca por los siguientes 5 a 20 años.
Si hacerlo te complica el panorama en otros rubros de la vida, eso quiere decir que aún no cuentas con la capacidad financiera para una casa del precio que tienes en mente. No será el fin del mundo, pero sí el momento de redoblar esfuerzos.
Considera que la mejor forma de construir tu patrimonio es teniendo unas finanzas sólidas y construyendo poco a poco el hábito del ahorro.