La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) percibe ahora signos de ralentización económica en Estados Unidos, como los que había detectado desde hace meses en la Eurozona, en el Reino Unido o en Canadá por efecto de la alta inflación, del bajo nivel de confianza de los consumidores y del bajón de los índices bursátiles.
Este es el principal cambio de tendencia en los indicadores compuestos avanzados publicados este lunes por la OCDE, que en un comunicado señala que las incertidumbres actuales por la guerra en Ucrania y la Covid-19 acarrean fluctuaciones más importantes de lo habitual, y pide prudencia a la hora de hacer interpretaciones.
“El indicador para Estados Unidos señala ahora una inflexión del ritmo de crecimiento, lo que marca un cambio respecto a la evaluación de crecimiento estable hecha el mes pasado”, indicó la organización.
Estados Unidos, con 100.15 puntos, sigue en cualquier caso por encima del nivel 100 que marca la media de largo plazo.
También se mantiene por encima del umbral de los 100 puntos (100.09 puntos) la Eurozona como conjunto, aunque en este caso las cifras llevan ocho meses consecutivos a la baja.
En esa tendencia a la baja están los grandes países del euro que son Alemania (100.30 puntos), Francia (99.11), Italia (100.20) y España (100.48), pero también fuera de la Unión Europea el Reino Unido (100.03) o Canadá (100.03).
Japón es una de las grandes excepciones dentro de los países miembros de la OCDE, ya que su indicador señala “un crecimiento estable”.
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México es uno de los miembros con un indicador que se encuentra en las cotas más elevadas: 101.75 puntos, sólo superado por Irlanda (102.69 puntos).
En el otro extremo, Chile lleva más de un año con caídas mensuales hasta 98.85 puntos, netamente por debajo de la media de largo plazo.
En cuanto a las grandes economías emergentes, que no forman parte de la OCDE, los responsables de esta estadística consideran que el ritmo de crecimiento en China va a marcar una inflexión y perciben igualmente una ralentización en Brasil. En India, sin embargo, la cadencia de la economía debería permanecer estable.