Cesar Enríquez Morán

La historia del Día de San Valentín es más compleja que una simple dicotomía entre el amor y el dinero.

La chispa de la tradición:

La génesis de esta tradición se remonta al sacerdote Valentín de Roma que desafió al emperador Claudio II, quien había prohibido los matrimonios entre jóvenes, pues creía que los solteros sin familia eran mejores soldados. San Valentín desafió esta orden y continuó casando parejas en secreto, lo que finalmente le llevó a ser encarcelado y ejecutado precisamente el 14 de febrero del año 269 d.C.

Posteriormente, tras la llegada de los conquistadores españoles a tierras mexicanas, la festividad se amalgamó con el propósito de suplantar las celebraciones prehispánicas en honor a Xochiquetzal, la divinidad de la belleza, el amor y la fertilidad.

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En México esta celebracion fue reforzada por empresarios y medios a principios del siglo XX con el que tomó nuevo ímpetu hasta nuestros días inundando el mercado con tarjetas, chocolates y otros productos con corazones y Cupidos.

El amor como producto:

El marketing del Día de San Valentín ha convertido en el amor por un producto más, con un precio elevado.

Las estadísticas son reveladoras: Según la Condusef, el 46% de los mexicanos que celebran la fecha destinan entre 900 y 1,500 pesos en regalos y actividades. Mientras que el estadounidense promedio gasta alrededor de 137 dólares en esta festividad, lo que se traduce en un impacto de casi 20 mil millones de dólares entre ambos países en un solo día. De hecho, el día del Amor ocupa el tercer lugar de importancia en gasto de consumo solo después de Navidad y Reyes.

La industria de la joyería y flores también aprovecha la ocasión, aumentando sus ganancias en millones de pesos sólo durante el mes de febrero.

Marketing ingenioso para corazones cautivados:

Las empresas no se duermen en sus laureles cuando se trata de marketing del Día de San Valentín para reponerse tras la “cuesta de enero”.

Uber, por ejemplo, ideó una campaña ingeniosa para los olvidadizos: un conductor de Uber puede entregar flores a quien tú elijas en el Día de San Valentín.

Otra estrategia brillante es la de una empresa de tarjetas de felicitación del Reino Unido: en lugar de la típica publicidad, invitan a las personas a completar una encuesta sobre el amor y comparten las respuestas más ingeniosas en las redes sociales.

Lecciones para los emprendedores:

El Día de San Valentín es un caso de estudio fascinante para los estrategas de marketing.

Las empresas que han logrado capitalizar esta festividad lo han hecho a través de:

  • Identificar un nicho de mercado: Esther Howland una visionaria estadounidense que a mediados del siglo XIX tras copiar los “Valentines” británicos supo identificar el potencial del mercado y generó todo una industria para las tarjetas de San Valentín en Estados Unidos.
  • Crear productos atractivos: Las tarjetas, flores, joyas, chocolates y otros productos con temática de amor son irresistibles para muchos.
  • Utilizar estrategias de marketing ingeniosas: Las campañas publicitarias creativas y originales pueden generar un gran impacto.

El Día de San Valentín es un negocio redondo, pero también es una oportunidad para celebrar el amor.

Las empresas que logren encontrar el equilibrio entre el marketing efectivo y la autenticidad podrán conquistar los corazones y las carteras de los consumidores en este día tan especial.

Y tú, ¿eres de los que celebra el Día de San Valentín o de los que lo considera una farsa comercial?

Contacto:

Twitter: @CesarEnriquez

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