La economía mexicana registró una contracción anual de 0.19% en el tercer trimestre del año, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Aunque el resultado es negativo, fue ligeramente menor al -0.30% anticipado en la estimación oportuna difundida hace tres semanas.
El retroceso entre julio y septiembre estuvo marcado por el desplome de 2.7% en el sector industrial, una caída que no pudo ser compensada por el avance de 3.5% en las actividades primarias —agricultura, ganadería y pesca— ni por el crecimiento marginal de 0.2% en las terciarias, que incluyen comercio y servicios.
Se trata del primer descenso anual del PIB desde el cuarto trimestre de 2021 y rompe una racha de 17 trimestres consecutivos de crecimiento, reflejando un deterioro económico que, según especialistas, comenzó a gestarse desde principios de 2023.
Un deterioro generalizado
Desde Londres, Andrés Abadía, economista para América Latina en Pantheon Macroeconomics, advierte que el deterioro es amplio y evidente. “Todos los componentes principales de la actividad económica se han debilitado”, señaló. Enlista como factores de presión la volatilidad política interna, los recortes al gasto federal en infraestructura, la incertidumbre que rodea la revisión del T-MEC, la posibilidad de nuevos aranceles estadounidenses y la caída en el flujo de remesas, que afectan la confianza y la inversión.
El diagnóstico coincide con el de Alejandro Valerio, CEO de Valerio Consulting Group, quien subraya que el pesimismo empresarial se ha profundizado tras la aprobación de reformas constitucionales impulsadas por el gobierno de Morena.
Para Alberto Ramos, economista para América Latina en Goldman Sachs, los nuevos datos confirman un panorama adverso: México se perfila hacia un estancamiento en 2025, con una expectativa de crecimiento de apenas 0.4% para todo el año.
Segunda caída trimestral en lo que va del año
En su comparación inmediata, el PIB también retrocedió 0.3% respecto al trimestre previo, en línea con la estimación oportuna del Inegi. Este desempeño contrasta con los incrementos moderados del 0.2% en el primer trimestre y 0.4% en el segundo.
La serie histórica muestra que esta es la segunda contracción trimestral desde finales de 2024, cuando la economía cayó 0.6%, y la tercera en seis trimestres.
La caída del tercer trimestre estuvo profundamente influenciada por el retroceso de 1.5% en las actividades secundarias —principalmente manufacturas—, un desplome que los sectores primario y terciario fueron incapaces de contener.










