La caída del mercado de valores este año ha traído a la memoria de muchos de los inversores más experimentados de Wall Street la recesión ocasionada por el desplome de las puntocom que tuvo lugar a inicios de la década del 2000, según un informe de Fortune.
Desde principios de año, el índice S&P 500 ha bajado un 19 %, y el Nasdaq 100 ha perdido más del 28 %, lo que se conoce como un mercado bajista, término utilizado por Wall Street cuando un índice ha caído un 20 % o más desde un máximo reciente, acompañados por un sentimiento negativo de los inversores y perspectivas económicas decrecientes.
Recordando el estallido de las puntocom, que eliminó a una gran cantidad de empresas tecnológicas que habían dominado en los años 90 —el Nasdaq 100 se hundió un 78 % entre marzo de 2000 y octubre de 2002—, los expertos aseguran que podríamos estar a la mitad de una tendencia de declive sorprendentemente similar, en un mercado que no estaba presente hace décadas: las criptomonedas.
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El criptomercado ha perdido aproximadamente un billón de dólares en valor en lo que va del año en una de las peores liquidaciones en la historia del mercado reciente. Así, esta caída dramática en los activos de riesgo tiene a algunos de los inversores más destacados aduciendo que estamos reviviendo el estallido de la burbuja de las puntocom.
George Ball, presidente de Sanders Morris Harris, una firma de inversión con sede en Houston, comentó a Fortune que “hay una similitud muy fuerte entre la caída de las puntocom y el mercado bajista que estamos experimentando hoy”, destacando que las inversiones en el mercado muestran que no ha cambiado mucho durante las dos últimas décadas. “Habría pensado que los inversores, en general, profesionales o minoristas, habrían aprendido la lección en 2000. Y, sin embargo, sucedió algo inquietantemente similar”, señaló.
Según Ball, los inversores, tanto en la era de las puntocom como en la actualidad, han estado dispuestos a pagar por las ganancias de participación de mercado y las posibles ganancias futuras, incluso en modelos comerciales que aún tienen que demostrar que son capaces de generar ganancias.
“En la era de las puntocom, y en el actual período de alza y declive del mercado este año, había una creencia ferviente, en gran medida insensata, de que un subconjunto de inversiones subiría de precio para siempre”, explicó. “El razonamiento, si lo hubo, no se basaba en métricas, no tenía una base real en la lógica, y se basaba en una tasa de crecimiento muy alta que continuaba más allá de cualquier expectativa razonable de los límites de escala”, agregó.
Las acciones tecnológicas y las criptomonedas
En el período previo a la burbuja de las puntocom, cualquier empresa que incluyera “.com” a su nombre parecía tener éxito casi de inmediato, y recientemente ha sucedido lo mismo con los términos “cripto” y “DeFi” (finanzas descentralizadas), advierten los expertos.
Según Ball, los inversores han acudido en masa a estas nuevas tecnologías. “Algo está creciendo muy rápidamente; siempre crecerá a un ritmo muy rápido. La teoría de los grandes tontos se impone, entonces, la gente aprovecha el efecto y luego, en el límite, el crecimiento no se puede mantener, el apalancamiento queda expuesto, y se produce la caída”, explicó. “Eso es sin duda cierto actualmente con las acciones tecnológicas, ha sido cierto con las cripto, como se sabe, y fue particularmente evidenciado por las caídas de precios en las SPACs [Empresas de Adquisición con Propósito Especial]”.
Estas similitudes preocupan a Ball que considera que, incluso después del reciente colapso de las acciones de las compañías tecnológicas, los inversores podrían sufrir más.
“La gente no quiere admitirlo, pero la psicología tiene el mayor impacto en los precios de las acciones, mucho más que la economía, mucho más que las ganancias. Es psicología, y la psicología se ha vuelto negativa”, dijo, agregando que espera que el Nasdaq “muy posiblemente” caiga por debajo de los 10.000 dólares este año, o aproximadamente un 12 % desde el cierre del viernes, pero “nadie sabe dónde será el fondo tecnológico”.
“Sería mucho más propenso a comprar acciones tecnológicas cuando comiencen a subir nuevamente en lugar de tratar de averiguar qué tan bajo van a caer, o atrapar el cuchillo que cae”. Cuando las acciones de psicología y tecnología comienzan a subir, ese es probablemente el momento adecuado para invertir”, explicó Ball.
Por otro lado, en una entrevista con CNBC, el famoso inversionista británico Jeremy Grantham, cofundador de la gestora de activos GMO y conocido por detectar burbujas financieras antes de que se manifiesten, destacó importantes diferencias entre la burbuja de las puntocom de 2000 y la caída de las acciones tecnológicas de hoy, cuyo resultado para la economía podría ser aún peor.
“Lo que me temo es que hay un par de diferencias con el 2000 que son más serias. Una de ellas es que en 2000 el gran daño lo recibieron las acciones estadounidenses, los bonos eran geniales, los rendimientos fueron excelentes, la vivienda era barata y las materias primas se comportaron bien”, dijo Grantham, agregando que aquella época “fue un paraíso” en comparación con la actualidad.
El inversionista también resaltó que recientemente el mercado de bonos alcanzó los “mínimos más bajos en 6.000 años de historia”. Además, los precios de la energía, los metales y los alimentos se están disparando, y el mercado inmobiliario muestra signos de enfriamiento, “así que realmente tenemos problemas con todos los activos, y esto históricamente ha resultado ser muy peligroso”, acentuó.