El uso del gas LP es esencial para los consumidores mexicanos, ya que gracias a él, los hogares pueden cocer alimentos y calentar agua, mientras que para sectores comerciales y de servicios es de utilidad para generar calefacción; por lo tanto, cuando este producto sube de precio, la mayoría de los consumidores suelen ser afectados en sus bolsillos.

Además, el mercado del gas LP está ‘asegurado’, ya que de acuerdo con un dictamen preliminar publicado por la Autoridad Investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), los usuarios no cuentan con productos que les permitan sustituir el gas LP.

La leña, carbón, combustóleo, coque, electricidad y energía solar se consumen debido a la falta de acceso al gas LP en algunas regiones del país, además de que su consumo se encuentra limitado por el alto grado de contaminante que derivan de su combustión.

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“Aunado a esto, su consumo es considerablemente bajo con respecto al gas LP, lo que da cuenta de que no representa una presión competitiva sobre este”, indicó Cofece.

Gran dependencia

Aunque la implementación de precios máximos por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) solo tendría una duración de seis meses (agosto de 2021 a enero de 2022), el Gobierno de México piensa ampliarlo, ya que los precios internacionales del gas LP siguen siendo altos.

Susana Cazorla, consultora en energía, señaló que el precio del propano por arriba de 1 dólar por galón, como se ubica el referente internacional, sigue siendo un costo altísimo, y no hay indicios de que vaya a disminuir.

La especialista explicó que la reducción de precios en México se debe a que han bajado los márgenes de distribución, lo que afectará la calidad del servicio.

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