El presupuesto del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), en enero pasado, registró su mayor caída, así como un subejercicio casi total, de acuerdo con un análisis realizado por México Evalúa.

En el primer mes del año, el Insabi ejerció un presupuesto de apenas 34 millones de pesos, lo que significó una caída de 94% en comparación con el mismo mes del 2021.

“Desde que se sustituyó al Seguro Popular (SP) por el Insabi, el presupuesto efectivamente gastado en atender a la población no deja de caer, al igual que las consultas médicas”, destacó México Evalúa.

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Así el 2022, es el cuarto año consecutivo en donde el gasto del Insabi cae en enero. Además de registrar un subejercicio casi total de su gasto en el mes, es decir, de gasto menos a lo presupuestado.

“Se tenían presupuestados 6,600 millones de pesos para el Insabi, por lo que el subejercicio de recursos fue casi total (…) Puede deberse a una transferencia anticipada de recursos del Insabi hacia el IMSS-Bienestar, el cual se hará cargo, a partir de abril del 2022, de las personas sin seguridad social en algunos estados. Esto puede explicar el casi nulo gasto en enero, pero no lo justifica: de ser correcta esta hipótesis se habrían transferido recursos al IMSS antes de que éste se hiciera cargo de las obligaciones del Insabi”, subrayó México Evalúa.

En este sentido, el análisis señaló que todo apunta a que este “2022 será incluso más trágico que el 2021 en materia de atención a la salud de la gente más pobre”, y recordó que el año pasado, el gasto total del Insabi, sin contar aportaciones a fideicomisos, fue de 59,100 millones de pesos, 4% menor al 2019 cuando aún existía el Seguro Popular.

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Atención también cae

El menor gasto ejercido por el Insabi afectó, de manera directa, la atención a la población que no cuenta con seguridad social.

De acuerdo con México Evalúa, los recortes presupuestales del Insabi impactaron “principalmente en la vida de las personas más vulnerables”.

A inicios de este año, las consultas para atender las enfermedades crónico-degenerativas –como el cáncer, la diabetes y el VIH/Sida– sumaron 229,000 visitas, es decir, una caída de 41% respecto a enero del año pasado.

“La reducción de este tipo de atención implica un mayor riesgo de muerte. Se pone en juego la vida de los pacientes y, desde luego, también se traduce en mayor empobrecimiento de la gente que de por sí enfrenta enfermedades altamente costosas en su tratamiento”, destacó la organización en su análisis.

Los datos más recientes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mostraron que, a raíz de la pandemia del Covid-19, el gasto que los hogares mexicanos destinan a la salud se disparó.

En el documento Distribución del Pago de Impuestos y Recepción del Gasto Público por Deciles de Hogares y Personas, la dependencia informó que en el 2019 el gasto de bolsillo en salud era de 42.1%, mientras que en el 2020 se disparó a 49.4 por ciento.

Con ello, el gasto de bolsillo en salud en México representó más del doble del promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de 22.7 por ciento.

El menor gasto ejercido por el Insabi afectó la atención a la población que no cuenta con seguridad social.

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