El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) asegura que el gobierno de Claudia Sheinbaum necesita hacer un recorte de 500 mil millones de pesos al gasto para reducir el déficit fiscal en 2025, como lo prometieron para evitar cualquier nerviosismo de los inversionistas del mercado. 

Para reducir el déficit fiscal “implica un ajuste considerable en materia de gasto de 500 mil millones de pesos, cifra que supera en poco más del doble lo que se presupuestó para los proyectos insignia del gobierno en los últimos dos años del sexenio, que fueron los más altos”, expresa el organismo dirigido por Carlos Hurtado López.

“Aun cuando concluyeron dichos proyectos, el ahorro estimado es mucho menor a lo que el gobierno necesita reducir el gasto”, señala el órgano asesor del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

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La primera aproximación del paquete económico presentada en el documento de Precriterios 2025 prevé una reducción del déficit público en 3 puntos del PIB, a la mitad de lo que se tiene previsto concluya el 2024, último año del sexenio pasado, que es históricamente el más elevado.

“Son buenas intenciones (de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público), aunque bajar el gasto público será muy complicado dado el reducido margen de maniobra en un entorno en el que la nueva administración promete mantener todos los programas sociales e incluso ampliarlos”, recuerda el instituto encargado de realizar el análisis económico.

Según el CEESP,  la Secretaría de Hacienda debe tener en cuenta que los gastos obligatorios del sector público representan casi dos terceras partes del total.

“Si consideramos la inversión física como el principal rubro de ajuste, como en diversas ocasiones ha sucedido, para retomar su nivel previo a los proyectos insignia del gobierno, lo cual sería muy factible dado su menor costo político versus afectar alguno de los programas sociales, implicaría reducir el monto en aproximadamente 270 mil millones de pesos para retomar el nivel del último año del sexenio previo”, dice.

Pero aún con esto, dice, faltaría un ajuste adicional de casi la misma cifra para cumplir con el ahorro previsto.

“Evidentemente esto será complejo, incluso considerando el ajuste en algunos otros programas del gobierno. En este entorno, una opción razonable es propiciar un aumento de los ingresos para compensar el faltante de recursos, es decir, de aproximadamente 230 mil millones de pesos”, afirma. 

“Para ello sería necesario que los ingresos aumentaran a una tasa anual de 3.5 por ciento en términos reales y no de solo 0.6 por ciento como se tiene previsto en los Precriterios 2025”, detalla el CEESP.

“Si esto se quisiera lograr sólo a través de una mayor recaudación, los ingresos tributarios deberían crecer 7.5 por ciento, muy por arriba del 3 por ciento que se tiene previsto. Es claro que esto no es tan factible cuando la tasa de crecimiento estimada por los especialistas es ya un punto porcentual menor al pronóstico oficial”, declara.

Otra opción factible, añade, es un aumento en el nivel de endeudamiento, pero implica un incremento en el costo financiero de la deuda, que ya es elevado.

Un tema fundamental para elaborar el Paquete Económico 2025 será un marco macroeconómico realista. 

Hoy en el Documento de Precriterios se prevé un crecimiento del PIB de 2.5 por ciento, cuando la estimación actual de los especialistas se ubica en 1.5 por ciento. 

El tipo de cambio previsto oficialmente es de 18 pesos por dólar cuando actualmente se ubica en 19.4 pesos y se estima cierre el 2025 en 20 pesos. Se estimó una tasa de interés de 7 por ciento para el próximo año frente al 10 por ciento de los especialistas.

“A reserva del optimismo con que el nuevo gobierno plantee el marco macroeconómico para la elaboración del presupuesto 2025, iniciará con un escenario de bajas expectativas de crecimiento, un menor ritmo de avance del empleo formal que, excluyendo el periodo de la pandemia, es el más bajo del sexenio que terminó, una mayor precarización del mercado laboral si se considera que hay 11.5 millones de ocupados más en condiciones críticas, y el déficit público más elevado de la historia”, expresa el CEESP.

“La inversión extranjera directa reportó niveles históricamente altos, al mismo tiempo es la menos productiva en muchos años, toda vez que se concentró principalmente en inversión financiera atraída por las elevadas tasas de interés”, puntualiza.

La inversión nueva, que es la que podría relacionarse con cierto nivel de activos fijos, ahora solo representa el 2.9 por ciento del total, cuando en el sexenio pasado representaba cerca de la tercera parte.

El primer reto que enfrentará la nueva administración es la elaboración del paquete económico para el próximo año con una reducción del déficit fiscal. Pero para ello debería dejar de lado el optimismo que ha caracterizado el cálculo de las variables económicas que son base principal para su elaboración, sobre todo cuando los datos duros no anticipan escenarios de elevado crecimiento, concluye.

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