El director general del Banco de Pagos Internacionales (BPI), el mexicano Agustín Carstens, advirtió el riesgo de “una inflación persistentemente elevada” y de inestabilidad financiera.
En la asamblea anual de 2023, celebrada en la sede central de la institución en la ciudad suiza de Basilea, Carstens, dijo que “surge la sensación de que la economía global podría lograr un aterrizaje suave”.
“Todos esperamos que lo haga, pero debemos estar preparados para afrontar los significativos riesgos que están en el camino. Entre estos riesgos, una inflación persistentemente elevada e inestabilidad financiera son los dos que más probablemente podrían desencadenar un periodo extenso de crecimiento lento o, incluso, recesión”, apostilló Carstens en su discurso al presentar en la asamblea el informe económico anual del BPI.
Carstens también advirtió del riesgo de que los bancos sufran pérdidas por créditos morosos debido a las subidas de los tipos de interés.
“Una deuda elevada, precios de los activos elevados y una inflación elevada amplifican los riesgos”, añadió el director general del BPI.
Los bajos ratios entre la capitalización de mercado de los bancos y su valor en los libros contables sugieren “un grado preocupante de escepticismo de los inversores sobre las perspectivas a largo plazo de algunas instituciones”, según Carstens.
Además, recientemente se ha visto que bancos pequeños pueden desencadenar el colapso de la confianza en el sistema.
El BPI alerta de que las subidas de los tipos de interés, tras un periodo muy largo de bajas tasas, pueden crear más tensiones financieras, entre otras razones por la bajada del valor de las garantías como se vio en septiembre del año pasado con los problemas de los fondos de pensiones en Reino Unido y en marzo de este año con los bancos en EEUU.
Históricamente, un 15 por ciento de los ciclos alcistas de política monetaria está asociado a “tensión severa en los bancos” sobre todo cuando la deuda es elevada, cuando sube la inflación de forma abrupta o cuando los precios de la vivienda han aumentado rápidamente, según el BPI .
Si los bancos tienen pérdidas por créditos morosos debido a la subida de los tipos de interés se neutraliza el efecto positivo del aumento de los ingresos por intereses.
El sector de la propiedad comercial tiene riesgos adicionales porque se ha reducido la demanda de oficinas tras la pandemia debido al teletrabajo.
Muchos bancos pequeños y regionales de muchas economías avanzadas acumulan créditos en este sector.
El BPI también muestra su preocupación por la sostenibilidad de la deuda pública, que puede crear inestabilidad financiera.
El jefe del departamento Monetario y Económico del BPI, el argentino Claudio Borio, dijo en la asamblea que “las trayectorias de la deuda de los gobiernos a largo plazo posan la mayor amenaza” porque han reducido la estabilidad y lo seguirán haciendo.
“En la medida que la política monetaria se normaliza, el mayor riesgo es la insostenibilidad de las trayectorias de la deuda de los gobiernos, un factor que ya ha comenzado a lastrar las calificaciones de crédito de la deuda de las economías avanzadas y de las emergentes”, según Borio.
“Las tensiones actuales son la culminación de décadas de dependencia de las políticas monetarias y fiscales como motores de facto del crecimiento. Superar esta falacia de la ‘ilusión del crecimiento’ y encontrar una combinación de políticas coherente requiere un cambio de mentalidad, reconociendo las limitaciones de las políticas de estabilización”, dijo Borio.
El BPI también recomienda a los gobiernos ajustar sus presupuestos al mismo tiempo que apoyan a los más vulnerables y consolidan su gasto a largo plazo.
De este modo, los gobiernos contribuirían a doblegar la inflación y reducirían la necesidad de que los bancos centrales tengan que mantener los tipos de interés elevados durante más tiempo.