*Layla Delgadillo

Como ha quedado descrito, la salvaguardia de sistemas, redes y datos es obligatoria para los corporativos de todos los tamaños para preservar la privacidad, economía y reputación.

Resguardar los sistemas, las redes y los datos son elementos que se erigen como un deber para la preservación de la privacidad, la economía y la imagen corporativa. La ciberseguridad ha evolucionado hasta constituirse como un protagonista ineludible que exige nuestra atención y acciones inmediatas. Como es sabido, los datos han adquirido cada vez más valor a nivel global y los astutos ciberdelincuentes tienen en la mira a las empresas, con búsquedas constantes de fisuras para acceder a sus secretos confidenciales, trastocar sus operaciones, e incluso en algunos casos, extorsionar a través de ataques de ransomware.

Los costos tanto económicos como en términos de reputación, desencadenados por estas brechas de seguridad, son de proporciones considerables. A pesar de haber identificado ciertos desafíos críticos en el campo de la ciberseguridad, otros permanecen en las sombras de la atención general; ante ello, es momento de poner sobre la mesa tres acciones fundamentales que los líderes empresariales deben adoptar como componentes esenciales de su estrategia:

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Epicentro de las Prioridades

El informe “Prioridades para los Órganos Directivos de América 2023” de EY ilumina un dato intrigante: el 64% de los Órganos Directivos da relevancia a la gestión de la ciberseguridad y la protección de datos, colocándola en el quinto puesto de sus listas de prioridades. Sin embargo, es esencial que dichas esferas comprendan que la ciberseguridad no es solo un asunto tecnológico, sino un asunto estratégico de gran envergadura.

Para lograrlo, los Órganos Directivos deben examinar los riesgos cibernéticos en las reuniones con los miembros del alto mando, al otorgarun rol preeminente al CIO o CISO, si corresponde. Además, las directrices de ciberseguridad deben impregnar el diseño de nuevas tecnologías, productos y acuerdos comerciales, en la confexión de una estrategia nítida y adaptada a la entidad misma.

Una Inversión Imprescindible

Los peligros cibernéticos que se ciernen sobre las empresas han crecido exponencialmente, lo que ha catapultado a la ciberseguridad al centro de la definición de prioridades y la asignación presupuestaria. Idealmente, las organizaciones deberían invertir al menos el 10% de sus recursos de Tecnologías de la Información en ciberseguridad; en contraste, esta práctica es escasa en la región latinoamericana, lo que refleja una falta de apreciación por parte de las empresas acerca de cómo este elemento contribuye a la consecución de sus objetivos corporativos. A menudo, se considera a la ciberseguridad como un gasto excesivo, sin sopesar los riesgos por pérdidas económicas de proporciones astronómicas, prueba de ello es el cálculo mundial por ciberataques estimado en billones de dólares.

Los Cimientos de una Estrategia Empresarial en Ciberseguridad

El estudio de EY arroja otro dato llamativo: solo cerca del 40% de las empresas en la región notifican a sus colaboradores sobre las pruebas de rutina, los resultados y las acciones requeridas con relación a vulnerabilidades, así como las pautas actualizadas para el trabajo remoto. En este contexto, la dimensión humana emerge como una pieza crucial para impulsar la transformación empresarial, al exigir un refuerzo en la formación y la comunicación con todos los colaboradores, junto con la incorporación de expertos en ciberseguridad.

Nuevo enfoque

Las empresas no deben circunscribir su visión solo a sus propias fronteras, sino extenderlo a todo su ecosistema, al ampliar la capa de seguridad a socios, proveedores y asesores. En esta misma sintonía, la elección de un socio en ciberseguridad adecuado se vuelve esencial, ya que aporta alineación con los objetivos comerciales, habilidades especializadas y tecnología de punta. Esto no solo disminuye las preocupaciones, sino que también fortalece la protección.

Como empresa, nos hemos consolidado a nivel nacional como uno de los principales aliados contra los ciberataques, mediante el desarrollo personalizado de estrategias proactivas, herramientas tecnológicas de vanguardia y personal especializado.

Como ha quedado descrito, la salvaguardia de sistemas, redes y datos es obligatoria para los corporativos de todos los tamaños para preservar la privacidad, economía y reputación, sumado a que los mecanismos para acceder de forma ilícita son cada vez más inteligentes, e incluso, emplean avanzadas formas de aprendizaje automático; así, un enfoque integral de este desafío propiciará la construcción de un entorno digital seguro y confiable para las empresas en este vasto horizonte digital.

*La autora es fundadora y CEO de Silent4Business.
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