La tasa de inflación en Estados Unidos cayó una décima en abril, hasta el 3.4%, tras dos meses de aumentos consecutivos, un dato que da cierto respiro a la Reserva Federal estadounidense y sus planes de bajar los tipos de interés en algún momento de este año.
La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en inglés) de Estados Unidos informó este miércoles que los precios de consumo aumentaron tres décimas con respecto a marzo, una décima menos que el incremento mensual registrado en marzo con respecto a febrero.
Mientras, la inflación subyacente, dato clave que analiza el regulador estadounidense, bajó interanualmente dos décimas, hasta el 3.6%, y en términos mensuales se alzó tres décimas.
Poco después de conocerse el dato, el presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó en un comunicado que combatir la inflación y reducir los costos es su principal prioridad económica, ya que “los precios siguen siendo demasiado altos“.
“Sé que muchas familias están pasando apuros y que, aunque hemos progresado, tenemos mucho más por hacer”, apuntó el mandatario, quien aseguró que la inflación ha caído más del 60% desde su punto máximo, el 9.1%, que se registró en junio de 2022.
El presidente, quien aspirará a la reelección el próximo 5 de noviembre, tomo como bandera en su campaña la fortaleza de la economía estadounidense, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) creció en el primer trimestre del año un 1.6%, una cifra baja, pero sólida con respecto a la resentida economía global.
La BLS señaló que el índice de vivienda aumentó en abril (el 0.4% mensual), al igual que el índice de la gasolina (el 2.8% mensual), y que combinados contribuyeron con más del 70% del aumento mensual de los precios de todos los artículos. La vivienda acumula un aumento interanual del 5.5% y la gasolina del 1.2%.
En su totalidad, el índice energético subió un 1.1% durante el mes y sube en términos interanuales el 2.6%.
En cuanto a los alimentos, los precios se mantuvieron sin cambios en abril, mientras que acumulan una subida del 2.2% interanual.
Esta es la primera bajada de los precios en los últimos tres meses, ya que tanto en marzo como en febrero se registraron incrementos y la leve disminución de una décima confirma la advertencia del presidente de la Fed, Jerome Powell, de que costará bajar la inflación de manera sostenida.
Tras las once subidas realizadas desde marzo de 2022, la Fed mantiene los tipos de interés desde julio del año pasado en una horquilla de entre el 5.25% y el 5.5%, su máximo nivel desde 2001.
“Creo realmente que es cuestión de mantener los tipos en su nivel actual más tiempo de lo que se había pensado”, dijo Powell preguntado sobre si esta cota es lo suficientemente restrictiva como para alcanzar esa meta.
Aun así, insistió en que para que haya disminución la tasa no tiene por qué llegar hasta el 2%, puesto que no estaba en ese nivel antes de la pandemia.
Para decidir cuándo es el momento de bajar los tipos, la Fed tendrá en cuenta datos macroeconómicos como el del desempleo.
Según las últimas cifras, la tasa de desempleo en Estados Unidos subió al 3.9% en abril, una décima más que en el mes anterior, y la economía añadió 175 mil nuevos puestos de trabajo, una cifra por debajo del promedio mensual de 224 mil nuevos empleos creados en los doce meses previos a abril.