Liliana Gómez/Forbes

En 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió la reducción de la pobreza en México. Hoy, la meta parece que se ha cumplido parcialmente, ya que la pobreza extrema aún se mantiene como un reto a vencer.

Una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social (en los seis indicadores de rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación) y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.

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Entre 2018 y 2022, el porcentaje de la población en situación de pobreza multidimensional a nivel nacional pasó de 41.9% a 36.3%, por lo que, en 2022, 36 de cada 100 personas en México presentaban al menos una privación en sus derechos sociales y tenían un ingreso mensual por persona insuficiente para adquirir una canasta alimentaria, así como bienes y servicios necesarios. Además, la población en situación de pobreza multidimensional pasó de 51.9 a 46.8 millones de personas a nivel nacional entre 2018 y 2022, reportó el  Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

No obstante, la población en situación de pobreza extrema permaneció en niveles similares entre 2018 y 2022: pasó de 8.7 a 9.1 millones de personas, es decir, el número de personas con carencias extremas casi equivale al total de habitantes de la Ciudad de México (9 millones 209,944, de acuerdo con cifras del Inegi).

Y es que la pandemia de Covid-19, la cual inició en 2020, impactó los avances contra la pobreza. En 2016, se contabilizaban 8.7 millones de personas en pobreza extrema, mientras que en 2020 la cifra se elevó a 10.8 millones.

Las personas en situación de pobreza extrema cuentan con un ingreso inferior a la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (valor de la canasta alimentaria) y que presentan al menos tres carencias sociales.

La organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza dice que si bien hubo una reducción de pobreza, la extrema creció, ya que son 400,000 personas más en la condición más grave de ingreso y carencias.

El panorama no es alentador, pues solo el 12% de la población vive en condiciones de bienestar y 85 millones de personas tienen al menos una carencia social, de acuerdo con datos del informe “Ir de la Raíz a la Pobreza”, elaborado por Acción Ciudadana Frente a la pobreza.

La estrategia gubernamental para atacar la pobreza se ha basado en programas sociales enfocados a jóvenes, adultos mayores y agricultores. Hoy, la pregunta en el aire es si la ruta del gobernante tendrá eficacia en el mediano plazo o el próximo gobierno elegirá un nuevo camino.

‘Primero los pobres’

“Primero los pobres” fue el estandarte del primer gobierno de Morena en la presidencia del país. Así es como la administración del presidente López Obrador ha enfocado sus programas sociales, los cuales tienen la promesa de reducir la carencia social en estos casi seis años.

El actual gobierno morenista cuenta con 121 programas sociales que han costado en cinco años un total de 6.5 billones de pesos, 5 veces más el presupuesto destinado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) (1.3 billones de pesos) en 2024, con el objetivo de cumplir aquella promesa: combatir la pobreza en México, sin embargo, esto no se ha logrado.

Entre las principales apoyos e iniciativas se encuentran:

1. Programas de Bienestar Social: se fortalecieron programas como “Sembrando Vida”, “Jóvenes Construyendo el Futuro” y “Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores”, que buscan mejorar las condiciones de vida de las personas en situación de vulnerabilidad y promover su inclusión social y económica.

2. Aumento al Salario Mínimo: se impulsó un aumento gradual al salario mínimo, con el objetivo de mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y reducir la brecha de desigualdad, pasando de 88.13 pesos en todo el país a 248.93.

3. Inversión en infraestructura social: se destinaron recursos a proyectos de infraestructura en zonas marginadas, con el fin de mejorar el acceso a servicios básicos como agua potable, electricidad y vivienda digna.

4. Programa de Desarrollo del Sur: se implementaron acciones para impulsar el desarrollo económico y social en el sur de México, una de las regiones más afectadas por la pobreza y la marginación.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos la pobreza en México continuó siendo un desafío importante durante el gobierno de AMLO. Factores como la pandemia de Covid-19, la persistencia de la desigualdad económica, la informalidad laboral y la falta de acceso a la educación y la salud contribuyeron a mantener los altos niveles de pobreza.

La pobreza en México es un fenómeno multifacético que afecta a millones de personas. A pesar de los esfuerzos gubernamentales y de organizaciones sociales, aún persisten.

Más carencias

Además, la pobreza en México se manifiesta de diferentes formas, desde la falta de recursos básicos como alimentación y vivienda hasta la exclusión social y la falta de oportunidades para mejorar las condiciones de vida.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), en el ciclo escolar 2021-2022, 26,463 escuelas operan sin luz, 56,109 sin agua, 43,558 sin lavamanos y 5,950 sin sanitarios. La Secretaría de Educación (SEP) da cuenta de que en el mismo periodo, 127,728 escuelas de preescolar a media superior (53.7%) no tienen computadoras para propósitos pedagógicos y 168,163 (70.7%) carecen de conexión a internet.

La educación es uno de los factores que va de la mano con la pobreza, y esta administración no ha contribuido en su totalidad en el tema de la educación, así lo afirmó, en entrevista, Gustavo Rojas, director de investigación en Mexicanos Primero.

El investigador señaló que “aún hay trabajo por hacer en materia de educación, donde hay menos recursos para las escuelas. La agenda educativa debe priorizar programas sociales que busquen carencias o enfocado en personas de bajos recursos, ¿dónde está esa ayuda? Las condiciones de las escuelas no se encuentran aptas para que los estudiantes aprendan, a los planteles les falta mantenimiento; condiciones básicas, no las hay”.

La organización señaló que 1 de cada 2 adolescentes de 15 años, que concluyeron o están por concluir la educación básica, no comprende lo que lee y 2 de cada 3 no pueden utilizar matemáticas simples para resolver problemas de la vida cotidiana.

Según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 2023, de la ONU, que incluye a 193 países y mide la esperanza de vida al nacer, educación e ingreso por habitante, México quedó en el número 77, mejorando seis posiciones.

Aunque especialistas como Carlos Ramírez, socio consultor de Integralia y economista, destacó que el crecimiento de la economía ha sido muy pequeño, de entre 0.7 a 0.8% en los cinco años de administración de López Obrador, si bien la población ya no crece, como sí lo hacía antes, el PIB no compensa el crecimiento de la población.

“Si uno revisa el PIB per cápita de México al cuarto trimestre está ligeramente por debajo de donde estaba en el 2018. Habrá quien te diga: ‘no, pero es que el PIB per cápita no es una medida y en México ha mejorado la distribución’. ¡Patrañas! Ningún país del mundo puede desarrollarse de manera sostenida si su PIB per cápita no sube y en México llevamos cinco años con cero crecimiento”, explicó el economista.

Si bien la estrategia estuvo basada en los programas sociales, “estos ayudan a mitigar, pero no son la solución de largo plazo, estos nunca han sido la salida. El hecho de que tú aumentes el gasto social, claro que va a tener un efecto, la pregunta es ¿si ese gasto social está teniendo efecto? Se necesitan políticas mejor diseñadas y este gobierno no lo hizo”, aseguró el economista Carlos Ramírez.

Para Alexandra Haas, directora ejecutiva de la Oxfam en México, organización presente en 94 países, lo que se requiere para acabar con la pobreza extrema es una estrategia gubernamental efectiva.

“Sabemos dónde viven y dónde están las personas con bajos recursos, tenemos sistemas de información bastante precisos, entonces, falta una estrategia factible, el aumento al salario mínimo sí ayudó a reducir la pobreza, sin embargo, la extrema no”, argumentó la abogada.

Los programas sociales y el aumento al salario fueron factores que ayudaron a reducir la pobreza, señala Alexandra Haas, pero “para la pobreza extrema, México necesita una atención totalmente factible con una combinación de apoyos, como los programas sociales, además de acceso a servicios públicos pensados en las barreras que tienen estas personas en pobreza extrema para acceder a los servicios básicos”.

Una propuesta de la directora de Oxfam en materia de educación, por ejemplo, es que en las zonas con mayor marginalidad existan vehículos para transportar a la niñez, pues “es muy importante reforzar y mejorar las condiciones en las que se ofrece el servicio educativo, para lograr que las personas que viven en pobreza extrema puedan tener mejoras”.

Los retos para el siguiente sexenio

El gobierno de la llamada Cuarta Transformación heredará a la siguiente administración la lucha contra la pobreza y el planteamiento de la continuidad en la estrategia actual o un apretón de tuercas.

Carlos Ramírez consideró que el gasto social no es sostenible como ha sucedido hasta el momento, pues el riesgo es generar un mayor endeudamiento sin recibir los resultados esperados.

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