La inflación, ese terrible monstruo que año con año devora nuestro ingreso se volvió más grande y voraz. Resulta particularmente importante porque nos indica también la velocidad en que nuestro poder adquisitivo se ha erosionado, o se ha hecho más pequeño en este último año.

El problema se torna más truculento cuando lo dimensionamos a través del tiempo y sobre todo cuando lo comparamos con el ritmo en que crece nuestro ingreso.

¿Qué es la tasa de inflación?

Los manuales académicos hablan de la inflación como un proceso generalizado y sostenido en el aumento de precios, la realidad que tenemos en México se apega mucho a esa definición, baste comparar el aumento de precios entre países durante la vida del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Mientras que en los 26 años del acuerdo en Canadá los precios al consumidor aumentaron 52% y en Estados Unidos 69%, en México vimos un incremento de 610% en dicho lapso.

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El concepto de inflación en sí mismo nos da la idea gráfica de ser un fenómeno acumulativo, en otras palabras, que a la presión de los años anteriores se agrega la de cada año, de ahí el calificativo de inflación y también lo perverso de lapsos de fuerte crecimiento, dado que el ingreso de buena parte de la población no se recupera con la misma velocidad en que se incrementan los precios, lo que convierte a la inflación en un impuesto expropiatorio del ingreso.

Desde su implementación en 1969, el crecimiento anual en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) siempre ha sido positivo, es decir, que durante todo el tiempo que se ha medido la inflación en el país, esta ha sido creciente. En el transcurso del año, por cuestiones estacionales se llegan a presentar retroceso en el valor del INPC y por tanto en la inflación, sin embargo, son fenómenos de una sola vez y funcionan básicamente como factor de mitigación en el precio de un bien o servicio para algún sector de la población, el más conocido en el país es el de las tarifas eléctricas por la temporada de verano.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), encargado de recopilar la información y hacer la medición quincenal y mensual. Los Índices Nacionales de Precios (INP) son indicadores económicos que miden las variaciones de precios a través del tiempo en los bienes y servicios que se consumen en los hogares, así como de los que se producen en el país.

De acuerdo con el organismo, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), es un indicador cuya finalidad es estimar la evolución de los precios de los bienes y servicios que consumen las familias en México.

Origen y desarrollo del INPC

A partir de 1968 inicia formalmente el cálculo del INPC estableciendo por primera vez una base fija de comparación, la base actual de referencia corresponde a la segunda quincena de diciembre de 2010.

Desde el arranque de su medición y hasta junio de 2011, los Índices Nacionales de Precios fueron calculados por el Banco de México, sin embargo, con la entrada en vigor de la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica se otorgó al INEGI, la facultad exclusiva en la elaboración de este indicador, por lo que, a partir del 15 de julio de 2011, el Instituto cotiza, analiza, calcula y publica periódica y sistemáticamente los índices INPC e INPP.

¿Cuáles son las consecuencias de la inflación?

Por la relevancia que tiene el gasto familiar en el gasto agregado de la economía, las variaciones del INPC se consideran una buena aproximación de las variaciones de los precios de los bienes y servicios comercializados en el país, de ahí que el principal uso que se hace del INPC es para estimar la inflación, entendida como el crecimiento continuo y generalizado de los precios de los bienes y servicios que se expenden en una economía.

Enfatiza el INEGI, que es de particular importancia lograr una medición lo más precisa posible de la inflación debido a que es un fenómeno económico altamente nocivo, debido a que:

Afecta la estabilidad del poder adquisitivo

Perturba el crecimiento económico, al elevar los riesgos de los proyectos de inversión

Distorsiona las decisiones del consumo y el ahorro

Propicia una desigual distribución del ingreso, y

Dificulta la intermediación financiera por el efecto que tiene en las tasas de interés

Dado el número tan grande de artículos de consumo y de los que se producen en una economía moderna, medir las variaciones de precios dentro de ésta es un proceso complejo, porque implica la necesidad de tener cobertura lo más amplia posible de los gastos que realizan los agentes económicos y de la producción nacional, porque además los precios no cambian simultáneamente, ni avanzan todo el tiempo a la misma velocidad.

Ante la imposibilidad de cotizar la totalidad de los precios de los bienes y servicios que se consumen en el país, la construcción de los Índices y sus cálculos se realizan con base en procedimientos muestrales, que se apoyan en el principio fundamental de la estadística inferencial, cuyo método es deducir propiedades de una población a partir de una pequeña parte de la misma.

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