Las remesas familiares, que representan el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), se convirtieron en el “motor de la economía” mexicana después de ser hasta hace unos años sólo una tercera o cuarta fuente de divisas para el país, luego que en 2021 registraron un nuevo récord histórico de 51,594 millones de dólares.

La cifra equivale a una quinta parte del presupuesto nacional, recordó el sábado último el presidente Andrés Manuel López Obrador, al confirmar que se trata de la “principal fuente de ingresos” del exterior -rebasando al petróleo, al turismo y a la inversión extranjera- pero con su discurso trata de seguir engañando al “pueblo sabio” de que es un logro de la 4T, aunque nadie sabe de qué va la supuesta transformación que tanto enarbola.

“Eso es lo que mueve el comercio en los pueblos, mueve la economía”, afirmó el jefe de Estado, quien aceptó que ésta funciona en buena medida gracias al dinero que recibe el país de sus connacionales en el exterior.

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Son unos 10 millones de familias las beneficiadas por estos envíos de dinero, provenientes principalmente de los millones de personas que, legal o de manera indocumentada, residen en Estados Unidos.

López Obrador no deja de agradecer cuantas veces puede a sus connacionales por estos envíos y no duda de calificarlos como una “bendición”, pero los expertos consideran que se trata de un “logro individual” y un efecto de los subsidios por pandemia del gobierno estadounidense y se preguntan qué pasará cuando bajen las remesas.

Como sea, por ahora se trata de una especie de “bendición del cielo” para un país que tuvo una de las peores caídas mundiales en su economía (8,5% en 2020) a raíz de la pandemia global de Covid-19 y el año pasado a duras penas logró crecer 5%, pero éste año podría apenas hacerlo en 3%, aunque muchos especialistas pronostican apenas 2.5 o 2%.

México acumuló dos trimestres consecutivos de caída en su producto interno bruto (PIB), al caer 0,4 en el tercero y 0,3% en el cuarto del 2021 respectivamente, con lo que, de acuerdo a la definición estadounidense, habría entrado en “recesión técnica”.

Sin embargo, el gobierno y algunos expertos rechazan este concepto académico y considera que para hablar de recesión se requiere de considerar otros elementos.

“La economía está creciendo. No puede haber recesión si enero es uno de los meses en el que más se creó empleo en los último 20 años”, señaló hace unos días el presidente López Obrador.

Lo cierto es que México enfrenta un panorama grisáceo con algunos indicios en negro, al frenarse la recuperación que se creía iba a ser en forma de “V” y en su lugar parece perfilarse en forma de “W”.

Aún si se descarta la recesión, los economistas insisten en que el país encara de todos modos un estancamiento con inflación, llamada en términos especializados “estanflación”, pues los precios aumentaron 7.36% en 2021, el nivel más alto en dos décadas y uno de los más elevados del mundo.

Aunque para fin de este año se espera que la cifra baje alrededor del 4%, podrían surgir nuevas presiones inflacionarias debido a la prolongación de los problemas en las cadenas de suministro globales, así como la volatilidad en los precios de las materias primas, principalmente petróleo y productos agropecuarios”, según los expertos.

Hay comunidades enteras en México marcadas por la pobreza que sobreviven merced a las remesas.

El aumento de las remesas en 2021, justo cuando el país vive la cuarta oleada de Covid dominado por la variante Omicron, representa un aumento del 27.1% respecto al 2020, según informó el Banco de México.

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Para miles de familias mexicanas las remesas representan la diferencia entre poder comer y tener un techo o tener que recurrir a medidas extremas para sobrevivir como la migración o el crimen organizado.

Sólo en diciembre pasado, las remesas representaron 4,760 millones de dólares, 30,5% más que en noviembre, hilvanando 20 meses sucesivas de crecimiento.

Los estados que más recursos reciben por este concepto son Jalisco, Michoacán y Guanajuato y justamente son los mismos que más mano de obra expulsan hacia el país vecino.

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