Latinoamérica puede ganar la carrera por iniciar el despegue de los autos voladores. La Empresa Brasileira de Aeronáutica (Embraer) –la cara detrás de los aviones eléctricos Eve– tiene el doble de pedidos que otras compañías fabricantes en Inglaterra o China, justo cuando se prepara para abrir un área especializada en su planta de Taubate (Brasil).
Un ranking de la industria (el Advanced Air Mobility Reality Index) confirma que la Embraer ya acumula 2.850 solicitudes para adquirir sus autos voladores, según reseña el medio brasilero G1. La cifra es el doble de los pedidos que tiene la empresa británica Vertical Aerospace (1.425), quien apenas supera a la china Ehang (1.256).
Los acuerdos se traducirían en ventas por más de 8.000 millones de dólares entre 28 clientes de todos los continentes, según los cálculos de O Globo. Y la apuesta ya tiene el respaldo –reseña Forbes– de inversionistas de peso como United Airlines, Rolls Royce y BAE Systems
Lo que predijo Hanna Barbera
Y aunque los modelos Eve se prevén que alcen vuelo en 2026, no es extraño que haya confianza sobre la industria brasilera: Ya en 2019 se consideraba como el cuarto país del mundo con mayor número de helicópteros, recoge un reportaje de Reuters. Y Sao Paulo ha sido bautizada como la “ciudad de los helicópteros”, porque su uso se ha hecho popular entre los millonarios para burlar el colapsado tráfico.
Este sistema –que funciona bajo plataformas como Cabify– traslada a usuarios desde el centro financiero hasta los aeropuertos o las urbanizaciones más adineradas en las afueras de Sao Paulo. Se prevé que el mercado local alcance los 90 mil pasajeros en los próximos cinco años, según el proveedor portugués de servicios OHI.