Mientras el peso registra continuamente niveles máximos récord en años frente al dólar, el éxito de la moneda nacional no es un factor que determine una baja en los precios de los alimentos, de acuerdo con expertos.
Miriam Acuña Rodríguez, economista en jefe de GBM, asegura que la inflación de los alimentos se ha desacelerado de forma contundente, aunque ello no se debe principalmente a la fortaleza del peso.
“La inflación de los alimentos, después de alcanzar su máximo en el tercer trimestre de 2022, se ha ido deteriorando poco a poco. En junio estuvo en 7.3%, pero te diría que esta desaceleración se debe principalmente a la desaceleración de los precios internacionales”, explicó en entrevista.
Apenas ayer lunes, el peso sumó siete sesiones de avance ante la moneda estadounidense e incluso tocó un nivel no alcanzado desde el 2015, de 16.7140 unidades por dólar.
El constante avance del peso ha propiciado advertencias de posibles repercusiones en las remesas, el turismo extranjero y las exportaciones en dólares.
Riesgo en puerta de inflación en los alimentos
De acuerdo con Acuña Rodríguez, los precios de los alimentos gozan en la actualidad una desaceleración por los precios internacionales y se registran disminuciones del precio del pan, la tortilla, la leche y el huevo, también hay riesgos en puerta.
“El riesgo para los alimentos o la mayor preocupación se debe al fenómeno de El Niño. Puede tener un efecto más prolongado y persistente. Y las presiones pueden surgir en agosto y septiembre”, resaltó.
Un informe de BBVA expone que la aparición del fenómeno climático de El Niño, que se temía se presentara en el segundo semestre del año, podría causar un aumento global de las temperaturas, así como un cambio en los patrones de vientos y precipitaciones de diferentes puntos del planeta.
Por su lado, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), advierte que, entre las consecuencias de un incremento de precios alimentarios, se encuentra que 6 de cada 10 familias batallan para abastecerse de los alimentos esenciales.
“Tanto la cantidad como calidad de los alimentos se sacrifican en aras de comprar sólo lo que alcance, ofreciendo así una ingesta de bajo valor nutricional”, dice la agrupación.