El tema del dinero no siempre es el que más se habla en las casas de las familias mexicanas, más aún, muchos padres esperan que sus hijos tengan un desempeño académico sobresaliente, antes que dominar el arte del manejo del dinero. Por eso, en +Dinero entrevistamos a Joselyn Quintero, especialista en neurofinanzas, quien nos ayuda a entender la foto completa cuando se trata de la conexión entre una infancia llena de dieces y una adultez de riqueza.

“Primero necesitamos comprender cómo funciona el cerebro de los niños porque así vamos a saber hasta dónde pueden llegar o no con respecto al manejo del dinero, así como la correlación que pueda existir entre esto y los estudios. A menudo los padres temen que los niños aprendan sobre dinero antes de tiempo y por ello dejen de estudiar, de ahí viene la exigencia o sobreexigencia escolar porque se asume que si tu hijo es sumamente instruido, esa será la clave de su éxito económico”, advierte Joselyn.

Pero como veremos más adelante, ser inteligente e instruido son cosas muy distintas.

Como punto de partida, Quintero sugiere recordar las etapas del neurodesarrollo del ser humano, pues así entenderemos mejor cómo funcionamos como especie y qué hacer como padres si deseas que tus hijos sean financieramente exitosos. Estos son algunos aspectos fundamentales: 

  • El cerebro del ser humano es lo último que se desarrolla 
  • Cuando nacemos todavía somos un proceso en formación y lo seremos hasta los 18 a 25 años cuando la última capa del cerebro haya madurado 
  • Durante la gestación el ser humano desarrolla las funciones básicas para la sobrevivencia 
  • Entre los 0 y 3 años se da la autonomía motora, es decir, aprende a caminar, a sentir y sujetar cosas 
  • Ojo papá y mamá: A esa edad ya tienen consciencia de que cierto material de papel y de metal son billetes y monedas, aquí solo los observan, pero ya es su primer contacto con el dinero. También identifica que el dinero se puede poner en el monedero o la alcancía 
  • Después viene la etapa del lenguaje y la comprensión, entre los 3 y 6 años, aquí empieza a madurar la corteza prefrontal del niño, misma que le brinda las funciones ejecutivas (como el hecho de saber esperar un vaso de agua, algo que un bebé no puede hacer con su biberón)
  • En esta edad ya conoce los números y puede tener metas porque su cerebro empieza a proyectarse en el futuro; se trata de metas a muy corto plazo
  • Ojo papá y mamá: A esa edad (6 o 7 años) ya se les puede enseñar la diferencia entre necesidades y deseos 
  • Es la etapa donde los niños empiezan a conectar con las finanzas personales, enseñarles la postergación de la gratificación es una gran idea
  • A los 10 años los niños pueden empezar a ahorrar más dinero para comprar lo que desean a mediano plazo. Puedes enseñarles qué es una cuenta de ahorro, una inversión, un crédito y cómo funciona el banco en sus funciones más básicas, pues ya poseen la capacidad de entenderlo. 
  • Ojo papá y mamá: En este punto enséñale gestionar el dinero como un costo de oportunidad, o sea, si quiere ahorrar para comprar algo muy deseado, debe saber que comprarse unas galletas lo alejará de su objetivo.
  • En la preadolescencia llega la construcción de la identidad personal ¡y otro momento trascendental a nivel de finanzas personales!

“En la preadolescencia si el niño o niña no tiene la suficente autoestima (basada en todas las etapas y acciones puestas en marcha antes mencionadas), la tendencia es que va a terminar desarrollándola en función del conjunto que frecuenta. Por ejemplo, si a las amigas del colegio de tus hijas se les compra todo, tu hija crecerá pensando que para ser valiosa tiene que ser igual que ellas. En cambio, si le inculcas la idea de que ella vale por lo que es y no por lo que tiene y qué tipo de metas se puede trazar, ella va a poder lidiar mejor con las diferencias dentro de sus grupos y tendrá claro lo que quiere conseguir”, afirma la especialista en neurofinanzas. 

Ahora bien, para dar respuesta a la pregunta del millón ¿Los niños inteligentes de serán los más ricos?, veamos la diferencia que cita Quintero al respecto: 

“La instrucción tiene que ver con la memorizacion y el análisis para desarrollar un pensamiento crítico, eso te lo da la academia; la inteligencia es diferente, es la capacidad de resolver situaciones en estados inciertos. La inteligencia no conoce la academia porque no es instrucción; ahí es cuando vemos gente que no fue a la escuela, pero tiene negocios exitosos”, asevera.

En otras palabras, podemos decir que la inteligecia es la capacidad del ser humano de gestionarse a sí mismo en un entorno que puede ser incierto y dar con soluciones creativas ante situaciones cotidianas; en tanto que la gente instruida tiene la capacidad analítica y de razonamento ante situaciones abstractas.

La respuesta a la pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez indica que la capacidad de generar riqueza está más asociada con la inteligencia que con el conocimiento abstracto y el análisis.

“Diría que sí hay una relación entre los niños inteligentes y su capacidad de generar riqueza, solo si tenemos clara la diferencia entre ambos conceptos. En gran medida, los niños inteligentes son los que van a salir a la vida a identificar problemas y oportunidades, los que van a generar valor alrededor de un producto o servicio”, finaliza la especialista. 

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