Hay una razón por la que los casinos rara vez tienen ventanas o relojes: están diseñados para hacerte perder la noción del tiempo. Pero ¿y si no es solo tiempo lo que estás perdiendo? Una nueva investigación sugiere que la iluminación utilizada en entornos de juego podría estar alterando discretamente nuestra forma de tomar decisiones, haciéndonos más propensos a asumir riesgos.

El color de las luces que nos rodean puede hacer más que simplemente crear el ambiente. Puede moldear nuestro comportamiento.

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Flinders en Australia descubrió que la iluminación enriquecida con azul (el mismo tono frío y brillante que se utiliza en muchas luces LED y pantallas digitales modernas) puede reducir la sensibilidad del jugador a las pérdidas. En un experimento controlado, los participantes expuestos a este tipo de luz realizaron apuestas más arriesgadas y respondieron con menos emoción a las pérdidas.

Los investigadores creen que este cambio en la toma de decisiones tiene sus raíces en nuestra biología. El cuerpo humano es sensible a diferentes longitudes de onda de luz, no solo para la visión, sino también para regular nuestros relojes internos y estados emocionales. Se demostró que la luz azul, en particular, suprime la producción de melatonina, una hormona que indica al cuerpo que es hora de prepararse para dormir.

Las investigaciones también demostraron que la luz azul puede aumentar el estado de alerta e influir en las áreas cerebrales relacionadas con la recompensa y la motivación, estimulando los circuitos neuronales implicados en la anticipación y la toma de decisiones. En el caso de los juegos de azar, esta mayor activación podría atenuar nuestra aversión natural a la pérdida, incluso cuando las probabilidades están en nuestra contra.

La luz puede influirnos de muchas otras maneras sorprendentes. Estudios demostraron que una iluminación más fría y de tonos azules puede mejorar el rendimiento cognitivo y el estado de alerta durante el día, razón por la cual se utiliza a menudo en oficinas y aulas. La iluminación más cálida es más relajante y suele ser recomendada por científicos del sueño y profesionales de la salud para las noches y promover un mejor descanso.

Los minoristas también explotaron durante mucho tiempo los efectos psicológicos de la iluminación, utilizando iluminación brillante y dirigida, a menudo en forma de focos o LED de alta intensidad, para atraer la atención hacia los productos.

Iluminación y sonidos: las claves de los casinos para engañar al cerebro

El color y la intensidad de la iluminación también pueden afectar la percepción del valor y el atractivo de los consumidores. Esto incentiva el gasto al aumentar la relevancia visual, haciendo que un producto destaque más y capte la atención, y creando una experiencia sensorial más atractiva.

Ciertos colores de luz parecen tener diversos efectos en diferentes entornos. La luz roja puede tener efectos que aumentan el apetito. Esto posiblemente se deba a que estimula el sistema nervioso simpático, asociado con la excitación y la preparación fisiológica. Por otro lado, estudios sugieren que la luz verde puede reducir el dolor y la sensibilidad a la luz en personas con migraña.

Pero la iluminación es solo la mitad de la ecuación sensorial en los casinos. El diseño de sonido juega un papel fundamental en los entornos de juego inmersivos. La música alegre puede reducir la aversión al riesgo, acelerando la toma de decisiones y creando una sensación de urgencia.

Los tintineos y los sonidos festivos sirven como recompensas auditivas, reforzando las emociones positivas incluso sin una ganancia económica. Cuando los jugadores pierden, las máquinas tragamonedas suelen producir sonidos festivos y luces intermitentes, creando lo que los investigadores denominan una “pérdida disfrazada de ganancia”. Este desajuste sensorial engaña al cerebro haciéndole creer que está teniendo éxito, distorsionando nuestra capacidad para evaluar el riesgo o dejar de jugar.

En entornos de juego, se ha demostrado que la luz roja combinada con sonidos similares a los de un casino elimina la ralentización cognitiva habitual tras las pérdidas durante la toma de decisiones, lo que lleva a los jugadores a tomar decisiones más rápidas sin la pausa habitual para la reflexión.

Un estudio de 2018 demostró que las animaciones intermitentes y los colores vivos pueden aumentar la excitación y la atención, haciendo que el juego sea más estimulante e inmersivo. Esto, a su vez, retrasa la autorregulación y aumenta el tiempo dedicado al juego. En efecto, el entorno te impulsa constantemente a quedarte, a jugar y a creer que la próxima victoria está a la vuelta de la esquina.

A medida que el juego se traslada cada vez más a internet, estos principios se están trasladando a las plataformas digitales. Los juegos de tragamonedas en línea suelen utilizar animaciones intermitentes, colores vivos y música de fondo que imitan el ambiente de un casino físico. La luz azul emitida por las pantallas puede ser igual de estimulante, especialmente a altas horas de la noche, lo que podría agravar los efectos observados en el estudio de la Universidad de Flinders.

Si cambios sutiles en la iluminación pueden llevar a decisiones más arriesgadas, regular estas características podría ayudar a promover conductas de juego menos perjudiciales. Por ejemplo, fomentar una iluminación más cálida en locales de juego o entornos digitales podría ayudar a prevenir el juego excesivo.

Las luces y los sonidos que nos rodean en estos entornos no son solo decoración. Están cuidadosamente diseñados para aumentar la excitación, atenuar la sensibilidad a las pérdidas y fomentar decisiones más arriesgadas.

Nuestras respuestas al color, el brillo y el sonido se producen a nivel subconsciente, lo que significa que incluso los jugadores informados pueden verse influenciados por ellos. Reducir el brillo de la pantalla del dispositivo, usar filtros de luz azul por la noche o desactivar los sonidos del juego puede ayudar a contrarrestar algunos de estos efectos psicológicos en el juego en línea.

Pero un cambio significativo probablemente requerirá una intervención política que considere el diseño ambiental no como un telón de fondo neutral, sino como una poderosa influencia en el comportamiento, una que debe configurarse teniendo en cuenta la responsabilidad con el bienestar del consumidor, no solo el lucro.

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