La agencia Moody’s recortó la evaluación del riesgo crediticio base (BCA) de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) a Ca desde Caa3 debido a las mayores necesidades de liquidez, un mayor costo de capital y elevados vencimientos de deuda que enfrentará en los siguientes dos a tres años.

“La compañía enfrentará mayores riesgos de negocio al continuar ampliando su capacidad de refinación y al tratar de incrementar su producción”, dijo Moody’s en un comunicado.

Pemex es considerada la petrolera más endeudada del mundo, pero el Gobierno señaló a inicios de 2024 que la deuda ha bajado un 17.4 por ciento en esta Administración hasta los 106 mil 800 millones de dólares, una reducción de 22 mil 500 millones de dólares.

Además, la calificadora “bajó a B3 desde B1 la calificación de familia corporativa (CFR) de Pemex, las calificaciones respaldadas senior quirografarias de las notas existentes de la compañía, así como las calificaciones respaldadas senior quirografarias de Pemex Project Funding Master Trust.

En un comunicado, Moody’s indicó que la acción también toma en cuenta que “la falta de medidas de Pemex para reducir su exposición a riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, en inglés) ha conllevado a algunos bancos a limitar su exposición a la compañía”.

Apuntó que “la baja a B3 incorpora el deterioro de la calidad crediticia intrínseca de Pemex, así como la revisión del supuesto de Moody’s con respecto al apoyo que recibe la compañía del gobierno, el cual pasó “a alto desde muy alto”.

El cambio prevé los supuestos de Moody’s sobre una “probable modificación de la voluntad de respaldar el pago de servicio de la deuda completo en los siguientes años, en vista de las necesidades de efectivo incrementales de Pemex” y las proyecciones de Moody’s de un mayor deterioro de las condiciones fiscales del gobierno en 2024.

“Este deterioro se debe a un aumento considerable del déficit, impulsado por el gasto social, costos de endeudamiento persistentemente altos y gastos elevados en proyectos emblemáticos. Moody’s prevé que el costo de cualquier apoyo brindado por el próximo gobierno, que se espera en 2024-25, probablemente será mayor”, expuso Moody’s.

La agencia indicó que la BCA de Ca de Pemex “refleja la expectativa de Moody’s sobre flujos de efectivo negativos en los próximos tres años”.

Dijo que esta tendencia se atribuye principalmente a importantes vencimientos de deuda, que alcanzarán un máximo de 13 mil 700 millones de dólares en 2026, y a una disminución del flujo de efectivo operativo a causa de la expansión de su negocio de refinación que genera pérdidas, las cuales fueron de unos 31 mil 500 millones de dólares entre 2019 y 2022, según se reportó.

“A pesar de que el crecimiento de la producción de petróleo y gas no ha alcanzado los objetivos de la compañía, Moody’s reconoce el logro de Pemex de revertir la tendencia a la baja en la producción y reservas durante los últimos tres años”, expuso.

Sin embargo, Moody’s señala que el presupuesto de 2024 sugiere una reducción de las inversiones de capital en comparación con 2023, “lo cual podría dificultar el incremento en la producción y la reposición de reservas en el futuro”.

Moody’s anticipó que Pemex tendrá una mayor dependencia del financiamiento externo para contrarrestar su flujo de efectivo libre negativo, influenciado por múltiples factores.

“Pemex presenta una liquidez débil y depende en gran medida del apoyo del gobierno”, dijo la agencia y recordó que el 30 de septiembre de 2023, Pemex reportó 4 mil millones de dólares en efectivo para hacer frente a más de 10 mil 900 millones de dólares en vencimientos de deuda en 2024.

Además de un importante flujo de efectivo libre negativo en el período, impulsado por la insuficiente generación de efectivo operativo para pagar impuestos e invertir en capital.

“Moody’s reconoce que el presupuesto 2024 del gobierno incluye aproximadamente 8 mil 500 millones de dólares para el pago del servicio de la deuda”, expresó.

Para cerrar, Moddy´s expuso que la perspectiva negativa de las calificaciones de B3 de Pemex “refleja principalmente la expectativa de que, a menos que se lleve a cabo una reforma estructural en su estrategia de negocio, los indicadores crediticios y la generación de flujo de efectivo de Pemex sufrirán un mayor deterioro en los próximos tres años, y esto aumentará la necesidad de apoyo”.

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