El promedio de participación femenina en la fuerza laboral de todos los países del mundo sigue siendo un 20% más bajo que la tasa masculina y aún hay brechas de género en los salarios y el acceso a la educación, sostuvo este mediodía la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.

“Las mujeres son un recuso que no se aprovecha para el bienestar de sus familias, sus comunidades y sus sociedades”, afirmó Georgieva en una conversación virtual organizada por el Fondo sobre el modelo social que debe seguir a la pandemia de Covid-19.

Georgieva, la segunda mujer en liderar el FMI, aseguró que la situación de empleo entre las mujeres de todo el mundo ha empeorado con la pandemia de Covid-19, porque muchos de los trabajos que se perdieron estaban en el área de servicios y cuidados, con gran presencia femenina.

Según sus datos, hay dos grupos de mujeres que fueron expulsadas del mercado laboral y que no están regresando en la misma proporción.

El primer grupo es el de las mujeres con niños menores de cinco años que no encuentran guarderías asequibles donde los pequeños puedan aprender mientras ellas vuelven al trabajo; y el segundo es el de las mujeres de más edad que están preocupadas por los riesgos que la pandemia pueda suponer para su salud.

De fondo, explicó Georgieva, hay un importante factor estructural que dificulta el regreso de las mujeres: los nuevos trabajos que se están creando ahora no son del sector servicios, sino que corresponden a la economía digital, especialmente el comercio en internet, que creció con la pandemia.

Al respecto, consideró que diferentes países del mundo deben ayudar a las mujeres -y al resto de la población- a desarrollar las habilidades necesarias para pasar de un sector a otro.

“Este no es un problema de un solo grupo. Es un problema que concierne a toda la sociedad y solo puede resolverse si se ponen en práctica las políticas adecuadas”, aseveró.

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El FMI también alertó de las brechas de género que persisten en los salarios y el acceso a la educación, así como las desigualdades en el trabajo no remunerado que las mujeres hacen en la casa y al cuidar a sus familiares.

Según datos del año pasado del Banco Mundial (BM), si las mujeres tuvieran los mismos ingresos que los hombres durante toda su vida, la riqueza global aumentaría en 172 billones de dólares.

En la conversación con Georgieva participó la directora de la London School of Economics (LSD), Minouche Shafik, quien consideró que el mundo necesita un “nuevo modelo” que permita prosperar a mujeres que tienen un gran talento, pero a las que aún se exige que cuiden gratis a jóvenes y personas de más edad.

“Igual que tenemos un sistema educativo, un sistema de salud, necesitamos un sistema de cuidados”, reclamó Shafik.

El FMI ha avisado en varias ocasiones de que las mujeres cargan de manera desproporcionada con las responsabilidades del trabajo no remunerado, como tareas del hogar y cuidado de niños y ancianos.

De media, las mujeres de todo el mundo realizan al día dos horas más de trabajo no remunerado que los hombres con grandes diferencias entre países, de acuerdo al Fondo.

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