A fines de 2016, para evitar acumular multas por quemar demasiado gas natural, Petróleos Mexicanos (Pemex) llegó a un acuerdo con el regulador energético para invertir más de 3 mil millones de dólares para solucionar el problema.

Pero cinco años después, el proyecto ha sido abandonado, según tres fuentes con conocimiento directo del asunto, y el costo ambiental en el yacimiento Ku-Maloob-Zaap (KMZ), el mayor activo de la petrolera continúa aumentando.

El compromiso incumplido, del que no se ha informado anteriormente, destaca las luchas del regulador Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) para controlar a Pemex. También muestra cómo, mientras países como Colombia, Kazajistán o Nigeria han reducido la quema invirtiendo en infraestructura y aplicando sanciones, México va en la dirección opuesta.

Pemex optó por abandonar el plan a la mitad de su finalización, dijeron las tres fuentes, ya que los bajos precios del gas lo hicieron menos atractivo y las prioridades políticas cambiaron para aumentar la producción de petróleo.

La decisión se tomó a pesar del costo ambiental y la amenaza de multas de los reguladores. “Las multas no son un incentivo adecuado para que una empresa estatal corrija su comportamiento”, dijo Rosanety Barrios, exfuncionaria de la Secretaría de Energía.

Antes, las empresas quemaban rutinariamente el gas asociado -cuyo principal componente es el metano- que sale a la superficie como parte de la producción petrolera. Era más barato que invertir en infraestructura para capturarlo y procesarlo. Pero la preocupación por el cambio climático lo ha hecho desagradable.

México, el octavo mayor quemador del mundo, está bajo una presión cada vez mayor, incluso de Estados Unidos, para reducir la quema de gas y las emisiones de metano -un potente gas de efecto invernadero- que empeorarán a medida que los campos envejezcan más.

Los planes de desarrollo y registros de Pemex, así como las evaluaciones internas realizadas por la CNH y datos no revelados anteriormente, muestran el enorme desperdicio de recursos luego de la decisión de no completar las obras en KMZ, que representa el 40% de la producción de crudo nacional.

Pemex, la Secretaría de Energía y la CNH no respondieron a las solicitudes de comentarios. En informes trimestrales recientes, la petrolera destacó que estaba haciendo esfuerzos para reducir la quema y otros desechos.

Pemex no infringió la ley al no cumplir con el compromiso de inversión y no se previeron sanciones en los términos del acuerdo. Pero el plan habría sido un paso importante para operar de una manera más ambientalmente responsable.

El plan se estancó al final del mandato de Enrique Peña Nieto, predecesor del presidente actual, Andrés Manuel López Obrador, dijeron las fuentes, y no se reanudó aun cuando aumentaron las preocupaciones ambientales.

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En un intento por hacer que México sea autosuficiente en materia energética, López Obrador prometió ayudar a Pemex a revertir una década de caída en su producción.

“Pemex va a la zaga de sus pares en términos de ambiciones climáticas versus las grandes petroleras que cotizan en bolsa, pero también comparándola con muchas compañías petroleras nacionales”, dijo Marie-Sybille Connan, de factores Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) en Allianz Global Investors.

“Las operaciones de Pemex tienen una clara necesidad de inversión para ser más eficientes y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero”, agregó.

A mediados de año, bajo crecientes críticas internacionales, López Obrador dijo que Pemex invertiría 2 mil millones de dólares para mejorar la infraestructura para reducir la quema y las emisiones de metano. Se desconocen detalles sobre cómo se gastará el dinero, durante qué período y de dónde provendría.

En los últimos años, a medida que el costo ambiental de la quema se ha vuelto más claro, muchas empresas han invertido en nueva tecnología e infraestructura para frenar la práctica.

Los científicos argumentan que las compañías petroleras no deberían quemar gas de forma rutinaria. Pero donde no es posible capturar, procesar o transportar el gas, como en campos remotos, al menos deben asegurarse de que el proceso se haga limpiamente.

Un mechero, cuando arde limpiamente, descompone el metano, en su mayor parte, en dióxido de carbono y vapor. El dióxido de carbono absorbe mucho menos calor en la atmósfera que el metano. Pero el metano puede escaparse tanto de mecheros que no se queman bien como de oleoductos, pozos y centros de procesamiento de gas.

Unos 34 países, incluido México, así como 51 empresas, han firmado un compromiso respaldado por el Banco Mundial (BM) para reducir a cero la quema rutinaria para 2030.

A pesar de ser uno de los firmantes, la quema en México alcanzó niveles récord en 2021. El gobierno no respondió a las repetidas solicitudes de comentarios sobre el tema.

Tamara Sparks, quien revisó los hallazgos para Reuters, aseguró que los datos preliminares de los primeros siete meses de 2022 sugieren que la quema pudo disminuir levemente, pero permanece cerca de los niveles registrados el año pasado.

En KMZ la situación es particularmente dura. Ubicado a unos 105 kilómetros de la costa de ciudad del Carmen, Campeche, el campo principal se llama Ku. Unos 40 años después de su descubrimiento, este sigue siendo uno de los activos petroleros más importantes del país.

Pemex no publica datos de quema para sus campos, pero cuatro conjuntos diferentes de datos no públicos de la CNH vistos por Reuters, mostraron que la quema y otros desechos en KMZ aumentaron drásticamente desde 2018.

El regulador dijo que en 2020 la compañía desperdició el 37.7% del gas de Ku solo a través de la quema, el venteo o de otra manera. El límite legal de México es del 2%.

La fuga de metano también ha sido un problema. Científicos, incluso de la Universidad Politécnica de Valencia en España, detectaron dos emisiones masivas de metano en parte de KMZ, en diciembre de 2021 y agosto de este año.

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