La economía mexicana tendrá un 2023 marcado por la debilidad económica y la variable que lo reflejará será el PIB, cuyo crecimiento será de 1.2 por ciento, de acuerdo con las expectativas del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

José Domingo Figueroa, presidente del IMEF, dijo que las perspectivas económicas para el 2023 siguen siendo poco favorables en lo general, y sujetas a un elevado grado de incertidumbre.

“El inicio del año ha traído indicadores económicos con un comportamiento heterogéneo y difícil de interpretar con claridad, lo que aunado a los numerosos factores de incertidumbre, producen un panorama económico turbulento y perspectivas nebulosas”, dijo el presidente del IMEF.

Desde el IMEF consideran que el impulso de la economía está siendo impulsado por el regreso de las actividades que se vieron interrumpidas con la pandemia, así como por el efecto del nearshoring.

La estimación de 1.2 por ciento de crecimiento del PIB, que se mantuvo por tercer mes consecutivo, avizora un escenario de debilidad económica, lo que sugiere “un entorno de negocios menos favorable en el que las empresas y los hogares deberían ser más cuidadosos con sus finanzas”.

Sobre la inflación las expectativas subieron a 5.2 por ciento al cierre del año, desde el 5.1 por ciento previo; la tasa de política monetaria se ubicó en 10.38 por ciento. Figueroa añadió que este pronóstico seguramente se eleve, pues su encuesta se realizó previo al aumento de 50 puntos base a la tasa de interés de Banxico, que la colocó en 11.0 por ciento.

Para el tipo de cambio esperan que finalice el año en 20.30 pesos por dólar, menor a 20.60 pesos estimados en el ejercicio previo.

Ante la debilidad económica estiman que se desacelere la creación de empleo a 400 mil puestos, desde 409 mil plazas previstas anteriormente.

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