El Consejo Internacional de Granos (IGC por sus siglas en inglés) proyecta en su más reciente reporte que la producción mundial de maíz para el período 2022-2023 sea de mil 197 millones de toneladas, una reducción de 1 por ciento respecto al ciclo previo.

Los inventarios quedarían en 256 millones de toneladas, una baja de 7 por ciento.

El reporte no ofrece cifras específicas para los principales exportadores, pero el IGC apunta a una “baja tentativa” para el comercio global de maíz por segundo año consecutivo. Anticipa descensos en los volúmenes exportados por Estados Unidos, Argentina y Ucrania, con Brasil siendo el único gran exportador con expectativas al alza.

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Referencias a la guerra entre Rusia y Ucrania dominan el reporte, empapándolo de incertidumbre. El mismo IGC señala que sus proyecciones para esta edición son “especialmente tentativas debido al conflicto en la región del Mar Negro”.

El maíz es uno de los productos más afectados por la guerra en el este de Europa. Ucrania y Rusia se cuentan entre los mayores exportadores y productores de maíz a nivel global. Su conflicto desató un torbellino de incertidumbre para la oferta global del grano, y no es seguro que otros grandes productores puedan cubrir la demanda existente.

La baja oferta y otros factores -como altos costos de insumos- han impulsado los precios internacionales del maíz. Los futuros del maíz a julio alcanzaron un máximo de 10 años en los mercados de Chicago, cotizando por encima de los 8 dólares por bushel. Los analistas temen que esas cotizaciones sigan escalando mientras no haya un cese al fuego entre Rusia y Ucrania.

En México, el shock se deja ver en los precios tanto al productor como al consumidor para productos básicos como la tortilla.

Los tortilleros pagan cerca de 9 mil pesos por tonelada de maíz a la fecha, y el kilo de tortilla se vende en promedio a 20 pesos, alcanzando los 26 pesos en algunas ciudades norteñas.

La inflación anual para la tortilla en la primera quincena de abril fue de 17.42 por ciento. Es decir, ronda máximos de una década.

El IGC proyecta una baja de 4.4 por ciento para los inventarios globales de granos. El volumen cerraría en 581 millones de toneladas, su nivel más bajo desde 2015. Proyecta que la producción baje a 2 mil 275 millones de toneladas, mientras que el consumo estimado ascendería a 2 mil 302 millones de toneladas. El comercio global descendería 2.2 por ciento, quedando en 400 millones de toneladas.

Para el trigo, espera que los inventarios queden en 277 millones de toneladas (1.8 por ciento menos) y que la producción baje a 780 millones de toneladas.

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