La propuesta del gobierno de Claudia Sheinbaum de reducir en términos reales hasta 10% el precio de la tortilla en los próximos seis años provocaría escasez del producto, generaría distorsiones en el mercado y ocasionaría problemas financieros al sector del maíz, coincidieron especialistas.
“Es una pésima idea poner control de precios. Los controles de precios siempre llevan a escasez, lo que va a pasar es que en tiendas del Bienestar va a estar el precio más bajo y seguramente habrá desabasto”, señaló la directora de análisis económico del Grupo Financiero BASE, Gabriela Siller.
“Eso sólo ocasionará escasez y distorsiones en el mercado. Los controles de precios nunca han funcionado”, afirmó en entrevista con Forbes México.
El gobierno federal anunció ayer que buscará un acuerdo con todos los actores de la cadena para reducir en 10% en términos reales (descontando el factor inflacionario) el precio de la tortilla de maíz, y conseguir la autosuficiencia de maíz blanco no transgénico y frijol.
El director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya, explicó que bajar el precio de la tortilla es una idea que trae el gobierno federal porque ha bajado el precio del maíz y infiere que también puede bajar el precio de la tortilla.
“Sin entender que para las tortillerías, el costo del maíz representa de sus costos, del 33% al 40%, sin considerar que ha subido la energía, el gas, el salario mínimo y la renta de sus locales”, explicó.
“Además, poner de acuerdo a más de 100,000 tortillerías para bajar el precio 10% en términos reales no se ve fácil, porque los que ponen el precio de la tortilla no son los productores, no las harineras, no son los molineros, no son los comercializadores, sino las tortillerías”, añadió.
El directivo del GCMA dijo que el precio de la tortilla se rige por oferta y demanda en un contexto de competencia, ya que en la Ciudad de México el kilo está en 21 pesos, mientras que en Sinaloa, principal productor de maíz blanco, en 25 pesos, y en Baja California está en 29 pesos porque hay menos tortillerías.
Agregó que del lado del productor, si bien el precio del maíz ha bajado, los costos “apenas salen” a lo que se suma que el maíz, como cualquier producto agropecuario, está sujeto a riesgos que pueden afectar su precio, como sequías o plagas, lo que genera volatilidad.
Sube precio de la tortilla 72% con AMLO
El precio promedio del kilo del alimento a nivel nacional en tortillerías es de 24.67 pesos, un aumento de 72% en términos nominales respecto al precio promedio de finales de diciembre de 2018, mes en el que inicio el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados de las Secretaría de Economía.
En mayo, el Consejo Nacional de la Tortilla atribuyó el encarecimiento de las tortillas a las alzas en los precios de los insumos y los costos operativos, las fallas en la electricidad, la inflación y la inseguridad.
“Debido a la extorsión y cobro de piso que afecta al 30 por ciento de las tortillerías en el país, la inseguridad es otro factor que influye en el precio del kilo de tortilla al consumidor e inversión en sistemas privados de seguridad”, declaró el presidente de organismo, Homero López García.
Gruma impide la competencia efectiva: Cofece
A principios de mes, el regulador en competencia informó que no hay competencia efectiva en la producción, venta y distribución de harina de maíz nixtamalizada para tortillas, y señaló a Gruma por copar la mayoría del mercado.
La Autoridad Investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) identificó que la empresa mantiene una ventaja “significativa e irreversible” frente a todos sus competidores que le permite establecer precios elevados, sin que otras compañías puedan hacerle competencia suficiente.
Indicó además que Gruma tiene estrategias específicamente diseñadas para dificultar que los tortilleros puedan cambiar de proveedor. De hecho, la unidad de la Cofece inició la investigación al identificar un aumento constante en los precios de la harina de maíz, a pesar de que el precio de su principal insumo, el maíz, se mantenía estable.
La productora de harina de maíz, con operaciones principalmente en México, Estados Unidos, Centroamérica, Europa, Asia y Oceanía, respondió que siempre se ha conducido dentro del marco de la ley.
Agregó que colabora con la Cofece para ofrecer argumentos que puedan “desvirtuar las conclusiones preliminares” del regulador o proponer alternativas viables a las medidas planteadas por la autoridad, quien pidió la venta de cinco plantas de producción de harina de maíz nixtamalizado, así como toda la flota de distribución y fuerza de ventas de dichas plantas.