Las remesas se encuentran en un momento de pérdida de poder de compra debido a la fortaleza del peso frente al dólar y la aún elevada inflación. 

De acuerdo con datos desestacionalizados de Banco de México (Banxico), las remesas ascendieron a 5 mil 232 millones de dólares durante agosto pasado, lo que significó un aumento de 9.1 por ciento anual, mientras a tasa mensual se observó una baja de 1.8 por ciento, la primera caída en los últimos cinco meses. 

Pronósticos de inflación de Banxico abren la puerta a un mayor retraso en el recorte a la tasa de interés, no obstante, al convertir el monto de 5 mil 232 millones de dólares a moneda nacional, con un tipo de cambio, esta fuente de ingresos del exterior fue de 88 mil 819 millones de pesos, 7.9 por ciento menos respecto a igual periodo del 2022. 

Dicha disminución, que fue la sexta de forma consecutiva, provino de la fortaleza del peso, que en agosto alcanzó una apreciación anual de 15.6 por ciento al colocarse en 16.98 pesos por billete estadounidense. 

Además, si se considera los elevados niveles de inflación (4.64 por ciento anual en agosto, fuera del rango de Banxico de 2-4 por ciento), la disminución del poder adquisitivo de las remesas, que es un pilar en el consumo de las familias del país, es más profunda. 

Según el Índice Nacional de Precios al Consumidor del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el octavo mes del presente año las remesas registraron una contracción de 12.0 por ciento a tasa anual, hilando 11 meses con caídas. 

Lo anterior manifiesta que para los receptores de remesas, el poder adquisitivo que proporciona se ve impactado por la fortaleza de la moneda nacional frente al dólar, así como por la todavía alta inflación.

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