La Casa Blanca anunció el lunes sus planes para hacer más estricto el sello que portan los productos cárnicos en el mercado de Estados Unidos.
Actualmente, los productos derivados de la carne portan la etiqueta de “Producto de EU” si son procesados en el país. La administración del presidente Joe Biden busca modificar las reglas del etiquetado “para que los consumidores puedan entender mejor de dónde vienen sus productos”.
“Bajo la regla actual, la carne puede portar la etiqueta de ‘Producto de EU’ con sólo procesarse aquí; esto incluye carne de animales criados en el exterior y que sólo se procesa para cortes aquí”, explicó la Casa Blanca en un boletín informativo.
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México y Canadá comenzaron en 2009 una disputa con Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las nuevas disposiciones para el etiquetado de productos cárnicos. Según ambos países, el sello causaba que sus productos fueran “segregados de aquellos de origen estadounidense”.
La OMC admitió que el etiquetado era discriminatorio, pero Estados Unidos se rehusó a retirar la medida. En respuesta, autoridades mexicanas y canadienses solicitaron luz verde para retirar beneficios a varias de las importaciones de origen estadounidense.
Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), comentó en entrevista que es probable que esta medida, de implementarse, levante nuevas tensiones entre Estados Unidos y sus dos socios comerciales en la región.
“Si podría, otra vez, causar conflicto entre los tres Países. En caso de presentarse sería un conflicto”, dijo.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) no otorgó ningún comentario al respecto. Al momento de esta publicación, la Secretaría de Economía no ha dado respuesta a la solicitud de comentario hecha por este diario.
Las modificaciones al etiquetado son parte de un plan anunciado el lunes por la Casa Blanca para apoyar a pequeños y medianos productores y empacadores de carne en Estados Unidos.
Dedicarán mil millones de dólares al proyecto, cuyo objetivo es romper el monopolio de empacadores en el mercado estadounidense y ayudar a bajar los precios al consumidor.