El presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo esta mañana un desayuno con el empresario Carlos Slim Helú, dueño de distintas empresas y entre ellas del grupo de telecomunicaciones América Móvil, compañía que en 2020 vendió su filial TracFone a Verizon por 6,250 millones de dólares.
López Obrador dijo que la venta de esa telefónica móvil virtual a una compañía del tamaño de Verizon significó un beneficio de 28,000 millones de pesos en impuestos a favor de la Hacienda mexicana.
Ese desembolso de recursos de parte de América Móvil de Carlos Slim fue abonado el pasado 16 de diciembre, dijo el presidente López Obrador:
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“Desayuné con Carlos Slim que, además de amigo y buen empresario, contribuye al desarrollo del país. Por ejemplo, América Móvil vendió una filial en Estados Unidos y pagaron en México, el 16 de diciembre, 28,000 millones de pesos a la Hacienda pública”, dijo el presidente.
Esta mañana, el presidente López Obrador concluyó apuradamente su conferencia matutina para desayunar con el empresario.
“Me voy, tengo actividad; voy a desayunar con Carlos Slim. Voy bien”, adelantó López Obrador.
La venta de TracFone obedeció a la propia dinámica del mercado estadounidense que tiene como escenario a un actor más robustecido en su escala nacional tras la reciente combinación de T-Mobile con Sprint y a un AT&T apurado en desplegar nuevas líneas de negocio basadas en tecnología 5G, que obligan a Verizon a elaborar un plan de negocios que también pasa por reforzarse en el prepago con TracFone, con la perspectiva de ofrecer servicios de valor agregado a ese segmento en el mediano plazo.
El desayuno entre el presidente López Obrador y el empresario ocurre en momentos en que la empresa Claro TV, también propiedad de Carlos Slim, espera la autorización o negativa del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para comercializar servicios de televisión de paga en México.
Esa compañía, Claro TV, dijo que se encuentra en la disponibilidad de realizar inversiones adicionales para el despliegue de infraestructura de nueva generación y de echar mano de las redes de Telmex, Telcel o de Altán Redes, para crear productos de televisión de paga por satélite o por conexiones de banda ancha fija y móvil, a cambio de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) autorice su ingreso al negocio del video en México.