José Domingo Figueroa Palacios, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), afirmó que la sobrerrepresentación de Morena, PT y PVEM en la Cámara de Diputados, la aprobación de la reforma judicial y la desaparición de los órganos autónomos borrarán el crecimiento económico de México proyectado por el nearshoring.

“Con estas iniciativas se estaría reduciendo o eliminando la oportunidad que representa el nearshoring al frenar o retrasar las inversiones que requiere México”, declaró el empresario.

“En el IMEF tenemos gran preocupación por las consecuencias económicas y financieras que podrían surgir de la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados, la aprobación de la Reforma Judicial en su forma actual, y la eliminación de los órganos autónomos en México. Esto podría tener graves consecuencias para la economía y la confianza de los inversionistas”, manifestó. 

Indicó que históricamente México ha crecido en promedio 2% en lo que va del siglo y el nearshoring es una gran oportunidad para crecer por encima de ese porcentaje.

Actualmente es crucial contar con la inversión privada como motor principal para el crecimiento económico, expresó durante el 2o Foro ESG IMEF 2024.

“El día de mañana el IMEF sacará un posicionamiento donde insta al Congreso de la Unión a reconsiderar los temas expuestos en el planteamiento de la Reforma Judicial y mantener la autonomía e independencia de los órganos autónomos para garantizar la seguridad jurídica y la confianza en las instituciones, fomentando así la inversión y el crecimiento económico”, comentó.

“También vemos con gran preocupación el déficit fiscal con el cual vamos a cerrar en 2024. De 2008 a 2023 en promedio ha sido del 2.34%, sin embargo para este 2024 cerraremos en 5.4% y si consideramos el déficit ampliado conocido como los RFSP estaremos cerrando en 5.9%, dijo.

“El más alto en los últimos 30 años. Sabemos que cuando un país tiene un déficit alto dos años seguidos, la probabilidad de perder la calificación soberana es más alta”, remarcó.

“Esto le pasó a Brasil y le tomó 10 años recuperar el grado de inversión. Recordemos que perder el grado de inversión representa una mayor volatilidad del tipo de cambio y dificultades en la capacidad de financiamiento, tanto del país como de sus empresas, al aumentar la tasa de interés y reducir los plazos de financiamiento de manera importante”, concluyó.

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