Con el auge del trabajo remoto en los últimos tres años, tanto las personas como las empresas se vieron obligadas a redefinir significativamente conceptos como la cultura laboral, la productividad y, lo que es más importante, la flexibilidad que, para bien o para mal, ha llegado a convertirse en la nueva normalidad.
Si bien los cierres provocados por la pandemia son noticia de ayer, muchos trabajadores prefieren no retomar la antigua jornada presencial y fija, en un cambio de paradigma que también está siendo impulsado por la tecnología y la globalización.
En resumen, la tendencia entre los trabajadores se inclina hacia el trabajo desde casa, que ofrece a muchos evitar algunas interacciones innecesarias con sus colegas de oficina, así como priorizar un tiempo individual de mayor calidad.
Sin embargo, puede que no todo el mundo esté hecho para un trabajo remoto. Después de todo, en ocasiones suelen ser bastante solitarios y llegan a aislar a los empleados, no solo de sus jefes o compañeros, sino también de la sociedad en general.
Un estudio que realizaron investigadores de Harvard a lo largo de los últimos 85 años revela que los trabajos solitarios son también los más infelices. Los roles particulares no se pueden correlacionar de manera confiable con la insatisfacción y el agotamiento, pero ciertas características del trabajo pueden serlo.
Los trabajos que requieren poca interacción humana y no ofrecen oportunidades para construir relaciones significativas con los compañeros de trabajo tienden a tener los empleados “más desdichados”, encontró el estudio, que siguió la vida de 724 hombres desde que eran adolescentes en 1938.
Se trata de uno de los estudios más antiguos que se han hecho sobre la felicidad, dijo Robert Waldinger, profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y director del Estudio de Desarrollo de Adultos de Harvard, a CNBC Make It.