Algunos sectores locales insisten en conmemorar por lo alto los 500 años de vida de Veracruz, a sabiendas de la posición en contra expresada por el presidente de la república, después del desencuentro diplomático que tuvo con autoridades y personalidades españolas hace pocos días.

 Y hay varias cosas que se argumentan para no darle gran importancia a esa fecha, que por otro lado, conserva la significación religiosa que puede tener para el pueblo católico nacional.

Han salido a relucir los temas relacionados con los pueblos originarios y otros más de índole social y política. Pero debemos recordar que, en el país mexicano, un asunto que se desarrolló con la conquista española fue precisamente la minería y el expolio a los ricos recursos minerales extraídos de las entrañas de la tierra. 

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En las décadas recientes en diversos países se han publicitado importantes rescates en monedas, joyería y pesados lingotes de oro y plata localizados en un buen número de pecios provenientes de los tiempos de la Corona y de los viejos reales mineros de la Nueva España.

Por extrañas coincidencias, 500 años después de la llegada de Hernán Cortés a las costas veracruzanas, nuestro estado vive momentos de desazón, molestia y rechazo unánime por la pretendida instalación de minas a cielo abierto en 5 municipios del centro del estado, dos de ellos, Actopan y Alto Lucero, ubicados justamente frente al mar donde el conquistador de Tenochtitlan hundió sus naves para obligarse a no regresar a Cuba con una derrota, es decir, los vio sumergirse en las aguas marinas de la, desde ese tiempo, denominada zona de Villa Rica.

Cuitláhuac García Jiménez y el gobierno de Veracruz debieran solicitar al presidente López Obrador la cancelación definitiva de la instalación de minería a cielo abierto en estos cinco municipios, los dos mencionados, y los de Chiconquiaco, Juchique de Ferrer y Yecuatla, nulificando también las cinco mil hectáreas concesionadas sospechosamente en los últimos días de la gestión del expresidente Peña Nieto.

Andrés Manuel López Obrador podría hacer recordar aquel viejo lema electoral de “es un honor estar con Obrador”, y hacer frente común con el gobernador del estado y con los esforzados luchadores sociales de estos municipios y de organizaciones y colectivos veracruzanos como LAVIDA, que llevan meses luchando denodadamente contra el intervencionismo empresarial con mezcla extranjera, que pretende instalar minas contaminantes y presas en los ríos.

Por si el mandatario nacional lo quisiera celebrar a la mexicana, bastaría con que se presentara ufano y sonriente en la magna concentración popular contra la minería y las represas, que se llevará a cabo el martes 16 de abril en la localidad de Palma Sola, Alto Lucero, organizada por representantes sociales de los municipios involucrados. Y que allí mismo, rodeado de su gente, firmara los documentos o cuando menos hiciera el compromiso de anular tales concesiones.

La Cuarta Transformación que impulsa el mandatario nacional iniciaría así con un acto congruente, contundente y justo. 

500 ABRILES: VERACRUZ NO QUIERE MINERÍA TÓXICA

Andrés Manuel López Obrador podría hacer recordar aquel viejo lema electoral de “es un honor estar con Obrador”, y hacer frente común con el gobernador del estado y con los esforzados luchadores sociales de estos municipios y de organizaciones y colectivos veracruzanos como LAVIDA,

Posted by Palabras Claras México on Thursday, April 4, 2019

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