Los incesantes errores que cometen en palacio nacional, en la cúpula morenista y en el gobierno de Veracruz están ayudando a aumentar el malhumor de la sociedad y el crecimiento de la oposición. Una oposición al trastabillante poder estatal y una seria oposición interna ante decisiones autoritarias en el partido guinda, son las constantes que se perciben en los principales grupos políticos estatales.
A eso se deben los cada vez mayores intentos represores que aplica el gobierno cuitlahuista y que resienten varios actores políticos regionales en municipios como Tuxpan, Tihuatlán o Chinameca.
También a eso se deben los retrasos para definir a los candidatos a diputados y alcaldes en el partido MORENA. Los altos jefes del partido quieren calmar ansias y disciplinar a los diez mil aspirantes que tienen. Por ello las nuevas fechas son el 26 de abril para diputados y el 3 de mayo para alcaldes.
Ajenos a ese conflictuado escenario obradorista, en la capital del estado David Velasco camina a paso firme y consistente, como lo hacen Juan Manuel Diez e Igor Rojí en Orizaba, Juan Manuel Unanue en Boca del Río, Zita Pazzi en Pánuco, Héctor Lagunes en San Rafael y hasta Carlos Vasconcelos en Coatzacoalcos, tejiendo y destejiendo marañas de todo tipo. La alianza del PRI con el PAN y el PRD mostrará lo que haga falta—jadeos, jaqueos y jaquecas—para consolidar su lucha y recuperar el prestigio atorado en los alambres.
En Xalapa el panista Sergio Hernández fue ubicado en su exacto nivel dancístico y desde allí tratará de lograr alguna posición, si es que la familia y la coalición están de acuerdo. Por su parte, don Ricardo sigue recorriendo el señorío del plástico y el saltimbanquismo. El que juró ser un buen senador y después juró ser un buen director de aduanas, ahora jura que será un buen alcalde xalapeño. Sus tres juramentaciones en solo tres años recuerdan a aquel dolido Jaramillo que cantaba con voz delgadita y que prometía una historia de amor que escribiría con sangre, “con tinta sangre del corazón”.
El caso Rogelio Franco ha conjuntado esfuerzos pluripartidistas para sacar de la cárcel al exsecretario de gobierno yunista, que en mala hora bebió o aspiró toloache del más asqueroso. Y por martirizarlo a lo tonto, el tipo les va a resultar amarillento mártir.
Uno de los municipios con añeja tradición panista como es el de Actopan, recibe a Daniel Olmos junior con su novísima idea de ser alcalde. Pero ahí se le dificultarán las cosas porque Francisco Fernández, El Potro, será abanderado en horas próximas por Fuerza por México y por miles de personas de la resistencia al pago de luz cara. Tampoco se puede descuidar a Ignacio García y su campaña de una década en ese territorio. Y por si faltaran gallos ahí anda también el exalcalde, empresario y ganadero Carlos Retureta.
De los morenistas con nombre que quieren hacer historia nueva, al estilo Ahued reaparece en Álamo el profesor José Arenas, dicen que con mucho respaldo en las congregaciones debido a su pasado priista. A ver si llega al 3 de mayo y no lo crucifican los soberbios antecedentes y las tómbolas y palomeras guindas.
Estos son tiempos de estrategias, acomodos y reacomodos. La democracia veracruzana trata de ponerse de gala y de no quedarse vestida de todos los colores y bien alborotada.
