José Antonio Flores Vargas

Es posible que de acuerdo con la ley, y en su carácter de gobernador electo, en este momento Miguel Ángel Yunes Linares no pueda hacer mucho por el estado, que prometió cambiar desde varios meses antes de iniciar los tiempos electorales.

Sin embargo, nada le impide hacer sentir su presencia en todos los ámbitos de la vida pública de Veracruz. Se sabe que ya aplica esta estrategia, apoyándose en su grupo más cercano, en el que están sus hijos y amigos leales de toda la vida.

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Esto es sumamente necesario para reducir la óptica ciudadana de que no hay mando en el estado. No sería conveniente que creciera la idea de que este es el peor momento de la gobernabilidad en Veracruz. Por un lado, un gobernante perdido en la inacción que produce la depresión y el miedo, y que debido a ello, no dará las mejores indicaciones.

Por el otro, un gobernador electo, imposibilitado por cuestiones legales. El escenario, un territorio sin ley ni dirección, sometido a la fuerza de los vientos. Lo más parecido al interregno soñado por aquellos que les gusta caminar por la libre.

En estos días nos hemos enterado de una serie de actividades del gobernador electo: recorridos a la zona de Zongolica y Mixtla de Altamirano; visitas a instituciones del sector salud y entrega de implementos; reuniones con medios de comunicación; y designaciones de responsables del equipo de transición, principalmente.

Todo ello se puede hacer, tomando en cuenta dos cosas: la primera, que algunos personajes involucrados en equipos contrarios y oficialistas ya lo visitaron de forma descarada, y que, a manera de precaución, otros lo están haciendo en lo oscurito. La segunda, el hecho de que existen áreas que por su naturaleza jurídica son factibles de visitar y mirar de cerca, entre ellas la Universidad Veracruzana, el ORFIS y los otros Poderes del Estado.

Estas son acciones y decisiones que aplaude la población que votó por él, y que aprobarán también los que no lo eligieron. La justicia la anhelan todos los que viajan en el tren veracruzano, sea cual sea su color. Al final, a todos les urge el cambio. Así mismo, es bueno considerar que a mayor tiempo que transcurra, más desconfianza en que los ofrecimientos de campaña se esfumen en el aire.

Y es algo urgente, considerando que en varias oficinas, los jefes están ordenando la destrucción de papeles comprometedores, como ya denunció el propio Yunes Linares.

Por lo atípico de este período de gobierno de dos años, y por las circunstancias tan complejas, es conveniente encontrar mecanismos para que el gobierno entrante conozca los hilos con la mayor anticipación posible. Y es importante que el gobernador electo mande señales de que tiene mano firme.

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