“Viajero: has llegado a la región más transparente del aire”. Con esta frase inicia el libro Visión de Anáhuac, un magistral ensayo publicado en 1915 por Alfonso Reyes, uno de los más grandes escritores que ha dado México. En esa obra escrita en su obligada lejanía de Madrid, el autor hace referencia al valor, la belleza y la utilidad hidráulica del milenario lago de Texcoco.

El día de ayer Andrés Manuel López Obrador mostró para qué sirven las consultas ciudadanas que, a su decir, muestran la nueva democracia que ha llegado a este país. En su mensaje dijo que fue afortunada la decisión de los que acudieron a dar su opinión la semana anterior. Afirmó que existen razones de peso para cancelar el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, un proyecto de infraestructura que avanzó un 20 por ciento en Texcoco.

En lugar de esa magna y costosa obra, y con los mismos beneficios operativos, se reactivará el subutilizado aeropuerto de Toluca, la modernización del actual aeropuerto de la ciudad de México y la construcción de dos pistas de aterrizaje en el aeropuerto militar de Santa Lucía, para lo cual se construirán las obras de comunicación fluida entre estos dos últimos.

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De nada valieron las argumentaciones que expusieron los dueños del dinero y los empresarios involucrados en el proyecto cancelado. El presidente electo aseguró que ni los inversionistas ni los constructores sufrirán pérdidas. Sobre el destino de los terrenos donde se construía, indicó que serán para actividades ambientales, como lo han solicitado numerosos grupos sociales.

En relación a esa decisión ciudadana, es preciso señalar que, si bien es cierto que en esta consulta sólo participó un poco más de un millón de personas, es necesario considerar que en futuras oportunidades, la sociedad acudirá en mayor número, siempre y cuando el tema le parezca de mayor interés.

Se descarta algún movimiento de los empresarios, ya que ellos saben que no es conveniente pelearse con el gobierno, y menos cuando les han asegurado que seguirán participando en las diversas obras que sustituyan a las que contrataron de inicio. En la conferencia no se ocultó que habrá una pérdida económica del Estado por 40 mil millones de pesos.

Es absolutamente válido el argumento ambiental usado para esta decisión. El aeropuerto cancelado provocaba una gran afectación por estar en el lago de Texcoco cerca del rehabilitado lago Nabor Carrillo, donde se dan cita anualmente más de 350 mil aves.

Pero es necesario reconocer que el actual aeropuerto y el de Santa Lucía, se encuentran también dentro del vaso regulador del lago de Texcoco, disminuido con el paso de los años por el crecimiento urbano.

Al final del día, se trata de una obra de infraestructura menos dentro de ese afectado polígono, necesario desde hace muchos siglos para la disminución de inundaciones. En 2015 la Sociedad Geológica Mexicana -en la que participa la morenista Claudia Sheinbaum- planteó una serie de propuestas de regulación hidráulica, de aprovechamiento de energía térmica y de calidad del aire en los terrenos federales del lago de Texcoco.

Debemos estar atentos a las palabras y a las acciones de López Obrador ¿De veras será posible que bajo su égida veamos al gobierno más transparente de México?

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