Como ya se hizo costumbre en México, la elección del primer domingo de junio está mostrando que el gobierno federal en su conjunto trata de moverse organizadamente bajo la batuta del presidente López Obrador para evitar perder posiciones políticas y para ganar gubernaturas, diputaciones y alcaldías al costo que sea y utilizando los medios legales o no para alcanzar sus metas. En lo relativo a la democracia, tampoco hubo transformación alguna: siguen las mismas tretas y costumbres.

Como si fuera un fino aparato de relojería se mueven las campañas morenistas, apoyadas por el equipo de contención formado por la unidad de inteligencia financiera de la SHCP, la fiscalía general de la república, las fiscalías estatales, la secretaría de gobernación, las dependencias federales y los gobiernos estatales con mandatarios emanados del partido MORENA. Como en Fuenteovejuna, van todos a una.

Pero también juegan las fuerzas oscuras de la delincuencia, las que se mueven a sus anchas gracias a la estrategia obradorista del “Abrazos, no balazos”. Como prueba veracruzana reciente está el secuestro de la exdiputada y expresidenta de San Andrés Tuxtla. 

En el caso de Veracruz se percibe que esta elección será la más costosa de la historia debido a la pobre actuación del gobernador morenista y su gabinete. ¿Cómo vender un producto si este es malo y sirve para poco?

Aun así, los ciudadanos se preparan para los comicios. Los errores de Cuitláhuac García los pagará en solitario Esteban Ramírez, el deficiente líder del partido guinda que servirá como simple papel de baño. La población observa malos o pequeños candidatos de MORENA en ciudades y pueblos menores. Como pruebas de manejo de influencias y nepotismo están Poza Rica (donde Remes se quedará remando en el río Cazones), Boca del Río, Coatzintla, Hueyapan de Ocampo y Acatlán, entre otros.  

En municipios grandes los candidatos de este partido sienten que ya ganaron por el simple hecho de haber contado con multitudes de burócratas obligados a marchar o a acudir a sus mítines. Pero habrá que informarles a estos políticos nuevos o mañosos, que esos burócratas proporcionarán en conjunto, si acaso, la tercera parte de los votos que emiten. Así ha ocurrido siempre, aunque se les obligue.

Entre las campañas esforzadas y aceptables del espectro partidista se pueden contar las de David Velasco, Miguel Ángel Yunes Márquez, Pepe Kirsch, Juan Manuel de Unanue, Juan Manuel Diez, Héctor Lagunes, Lisette Álvarez y el doctor Leyva en Emiliano Zapata,

En Tuxpan la caballada está enflaquecida ya que Pozos, Mancha y Silva se dividirán en tercios la elección, complicando el resultado. La contienda se prestará para una negociación cupular donde cualquiera es sacrificable. Algunos alertan también la posibilidad de negociación que involucra a Xalapa y Veracruz. Cuitláhuac no ve buena señal perder la capital del estado, pero como mal augurio y por olvidar la brújula, se le cayó el gallo Ahued en el agua lodosa del interminable colector pluvial capitalino que este no realizó cuando fue alcalde, puesto que logró en ese tiempo gracias a la visión y el apoyo popular de Reynaldo Escobar, ahora su fatal enemigo. 

Hay candidatos que apelan al trabajo casa por casa y a las viejas lealtades y compromisos, como El Potro en Actopan, pero ahí Ignacio García tiene recorrido y un manejo de redes impecable. En Coatzacoalcos, Chucho Moreno alterna trabajo en las colonias con un esquema de lluvia permanente de mensajes en redes y con tesón trata de hacer historia y provocar histeria a su favor.

Entre los gallos a las diputaciones federales y estatales, los de la oposición manejan mejor la brújula, sacan chequera y ahorros y cuentan con bitácoras más completas. Hasta Pepe Yunes se está robando las bases que le habían quitado. Buenas señales para la alianza PRI-PAN-PRD.

¿Cuántas “concertacesiones” se estarán construyendo en Veracruz?

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